Por Gustavo Castro Caycedo | Jamás en 200 años de la historia de Colombia un solo ministro en apenas 10 meses de nombrado había cometido tantos desaciertos, tantas “metidas guayo”, tantas embarradas, hasta convertirse en un hazmerreir público. Uno se pregunta si aparte de tener como padrino al cuestionado exalcalde Enrique Peñalosa, qué otra fortaleza o secreto guarda el ministro de defensa Diego Molano, que lo convirtió en un negligente “metepatas” tolerado, intocable. ¡Exaltado a la gloria! He de decir que los titulares de prensa con que apoyo esta columna, son más elocuentes que mis palabras.