(De la obra “Lucha con amor” Edición I octubre 2008 – Edición II febrero 2015)
Por Helen Fares de Libbos
Mi suegro siempre enseñó a sus hijos que debían pensar las palabras que iban a decir. Las personas muchas veces maldicen porque no pueden comprar un par de zapatos, pero nunca se detienen a pensar que hay gente que no tiene pies.
Un dicho hindú dice que todos en el mundo somos una casa de cuatro cuartos: uno físico, uno mental, uno emocional y uno espiritual.
La gran mayoría vivimos más que todo en un solo cuarto; al menos debemos entrar diariamente a todos los cuartos y si no cumplimos con esto, no somos personas completas.
El cuarto que yo más necesito es el mental, que tenga ventilación. Mente sana en cuerpo sano. Qué dicha que tomemos unos minutos cada día para escuchar el silencio.
El odio
Jamás he odiado a alguien. Nosotros tenemos en un rincón de la mente, una especie de aparato transmisor de ondas mentales; si tú amas, al despertar sentirás el aire puro que entra por la ventana, lleno de energía positiva. Entonces, cantarás y tendrás ánimo en el trabajo y más tarde recogerás el fruto de lo que hoy siembres con amor.
En cambio, si odias, no podrás dormir por estar pendiente de ese enemigo en la sombra, y buscar cómo hacerle el mal.