(De la obra “El Odio no se escribe” Edición julio 2011)
Por Helen Fares de Libbos
Sacrifiqué mis ideales por creencias ajenas a mi mundo
sabiendo que lo único que necesito
es atreverme a vivir y a seguir mi propia verdad.
Es obvio que ahora puedo encontrar oposición de algunas personas
porque mi manera de pensar les parece absurda,
yo también me opongo a otros y los problemas se parecen.
Al paso de la vida existe la obligación de asumir la responsabilidad
de cuidar a los menores de edad.
Mis ideas a veces parecen fanáticas, radicales o fuera de contexto,
pero tampoco quiero retener a nadie a mi lado,
la carga es muy pesada.
La mejor manera de pedir a la vida es teniendo actitudes correctas
ante los sucesos que enfrentamos.
Estoy respirando profundo mientras abren puertas y ventanas
para que cuando salga el sol, nos ilumine optimista y tolerante,
dando vida a los demás.
Reparto mi buen genio, mi paciencia y agilidad mental,
esperando el momento exacto en que debo actuar
para conseguir mis fines y triunfar, conseguir amistades sinceras y duraderas,
sé quiénes me valoran y están pendientes de lo que hago.
Soy consciente de que nací para tener poder y triunfar.
Es una mujer como pocas pero como todas son las mujeres siempre están un paso adelante del Hombre