NO ESCRIBO PARA VIVIR, VIVO PARA ESCRIBIR

Líbano, Siria, Palestina, Egipto e Israel

(De la obra “Canto a la vida” Edición abril de 2010)

Por Helen Fares de Libbos

¿Quiénes fueron los fenicios?

Los fenicios fueron cananeos que se elevaron a la prominencia en el segundo milenio antes de la era cristiana.

Sin ninguna distinción cultural de sus vecinos, excepto que ellos fueron los guardianes de un gran recurso natural, los cedros del Líbano.

Los fenicios tenían un gran producto, la madera de los árboles de cedro. Los fenicios se hicieron ellos mismos valiosos a los ojos de sus vecinos. Ellos fueron capaces de convencer a sus vecinos de que una relación de negocios a largo plazo era más conveniente para los mejores intereses de todos.

Los fenicios que antes habitaban en las costas del mar, de inmediato dicen ellos, comenzaron a aventurarse en viajes largos, cargando sus embarcaciones de Egipto y a Siria.

En Egipto permanecieron aproximadamente 600 años, absorbiendo gran parte de esa cultura  especial en lo referente a ciencia, matemática y arte.

Dejaron a Egipto y se dirigieron a Siria y después a Palestina, y ahí en el lugar hoy llamado Judea, construyeron una ciudad suficientemente grande para albergar a tanta gente y la llamaron Jerusalén.

Y fundaron un nuevo hogar al otro lado del mar para desarrollar negocios más allá de los recursos naturales de la región. Ciertamente Tiro y Sidón, fabricantes y negociantes al estilo propio de los fenicios.

Los fenicios adoptaron la filosofía de negocios:

Tener una base.
Situarse en un lugar céntrico.
Aumentar los inventarios.
Negociar honestamente.
Entregar las mercancías.
Expresar tolerancia.
Respetar a las mujeres.
Sostener la igualdad.
Mantener la privacidad.

Los fenicios son sabios comerciantes Los negocios en nuestra vida diaria, en el trabajo, negociamos con nuestros compañeros. Hacemos lo mismo con nuestros cónyuges para satisfacer nuestras expectativas y lograr juntos una vida positiva y feliz.

Negociamos con nuestros hijos como parte del proceso de su crecimiento. Inclusive, negociamos con nosotros mismos cuando por ejemplo: nos resignamos a dejar de comer algo por lo que sentimos antojo, como una comida grasosa. Dejamos de comer para lograr una mejor salud.

Siempre el mar fue para los fenicios, la Riqueza. Las naves de Tarsis salían de Líbano a Chipre. La gente de Tiro y de Sidón guardaba silencio. Sus gentes atravesaban el mar y de sus aguas inmensas sacaban sus ganancias. De las cosechas del Nilo, comerciaban con las naciones.

Sidón, fortaleza del mar. Y a Sidón, lo convirtieron en el puerto más importante para los fenicios.

El puerto se llenó de naves de Tarsis para fortaleza de Sidón. En mi viaje a Grecia, sentí que mirando al mar, veía a los fenicios cuando salieron de Sidón, Líbano, con sus barcos. Así en Grecia, sentí que estaba visitando a mis antepasados.

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