CIUDAD Y SENTIMIENTO: Aquí se amañan

Por Jorge Enrique Santacruz

Según nos decían y lo que es peor aún, nos siguen diciendo; en el cielo no cabemos todos, que es solo para los que se portan bien ¿Qué será bien? Algo difícil saberlo, es como para aplicarle la canción del Gran Combo de Puerto Rico: “No hay cama pa tanta gente”.

Como toda empresa que se respete tiene su sucursal, el cielo también tiene la suya: Cali, “la sucursal del cielo”. Pero en ella cabemos todos, honor que nos hacen. Con una sola diferencia, que a ella llegan todos de todas partes. En lo que sí se parecen, es en la estadía; los pocos que llegan al cielo se quedan y los muchos a Cali se “amañan”.

“Copos blancos de algodones
Frutos dulces de la caña
Como un valle de creaciones
El que llega aquí se amaña”

Así le canta la Billos Caracas Boy a los que llegan a Cali y no quieren salir de ella, porque para ellos es como llegar al cielo.

¡Vea pues! Lo difícil que se pone esto. Entonces es mejor vivir en Cali que ir al cielo, y ahí es donde se complica la cosa, nos pone a dudar ¿En dónde se podría estar mejor, en Cali o en el cielo? Y si le agregamos que en ella mora el que sabemos; el de los cachos y tridente, del que no podemos mencionar su nombre porque estamos hablando de algo divino.

Bueno no importa, no le pongamos tanta tiza al taco y hablemos claro: la Divina divisa, entonces ya no hay de qué dudar.

Claro que, en La Sucursal a diferencia de la principal, se presentan problemas para saber de dónde son o quién es quién: Costeños, pastusos, bogotanos, paisas, chocoanos, santandereanos, caucanos, llaneros y eso que no mencionamos los del otro lado del charco, porque también los hay por doquier. En fin, muchos de todas partes. Son tantos que, para identificar a los nuestros, o sea, a los caleños, solo es posible hacerlo cuando hablan y dicen: “Mirá ve”.

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