Ese raro virus

Por Jorge Enrique Santacruz

Por lo menos en mi época era así: para matricularse en el colegio, primero había que “pasar” por el laboratorio del Dr. Diez Colon (cubano este… como que hemos tenido varios) situado en el barrio San Nicolás, para “sacarse” los exámenes de pulmones y de la sangre. Filas largas, largas filas como las de hoy por lo del “corona”, pero sin distancia, aunque también lentas, muy lentas. Y después; respire, no respire, respire, no respire… ¿ya?… si, venga mañana por los “resultados”.

Y pensar que faltaba el “duro”, no el que sabemos, sino el de la “chuzada”… no de esas, ni de las otras tampoco… son de las de pinchar para sacar sangre, claro que de ambas corre… sangre.

Y ahí, no acababa la “cosa”, faltaban las vacunas y ese sí que era otro cantar. Hoy en día están de moda los tatuajes, todos ellos con significados al cual más con referentes a la situación o pensamiento del “tatuado”, pero el más recurrente es para “recordar”, como si para hacerlo o llevar en el pensamiento a los hijos, madres o seres queridos hay necesidad de tatuarse.

¿Y qué tiene que ver las vacunas con los tatuajes? Ah, fácil. Porque la vacuna específicamente, la de viruela, dejaba su huella como un tatuaje, pero que no era para llevarlo en el pensamiento, si no que dejaba huella como un tatuaje, para toda la vida. ¿O sea que estar “vacunado”, también tiene otras connotaciones? Si claro… por ejemplo; en el “habla” popular; “ya la(o) vacunaron” era cuando las señoritas perdían su virginidad o cuando los “chicos malos” extorsionan.

Y como estamos hablando de vacunas, falta la de contra el sarampión (este virus, sí que mataba…2 0 3 millones cada tres o cuatro años), y después de esto, ya tenía usted su carnet de vacunación.

Con él, “váyase” a matricular y prepárese para lo que no hay vacuna, (que hasta en los colegios “bien” aparecen); los piojos y las liendras. Pero pongámosla en su orden; liendras y piojos, porque primero son ellas y después ellos… ¿o no es así? Ahora si está en el colegio… vacunado, pero no salvado.

Para lo que usted no necesita que lo “vacunen” ni le “apliquen” ni le “saquen “nada”, es para curar ese raro virus, que produce esa sana enfermedad; la de ser americano.

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