Por Jessica Giraldo Quintero.
La irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) ha cambiado nuestras vidas a nivel social, laboral y personal pues nuestras dinámicas sociales transcurren de forma diferente. Esta situación, ha provocado que aparezcan nuevos riesgos en nuestra salud.
El principal problema es la sobreexposición a computadoras, tabletas, smartphones y resto de tecnologías ha aumentado nuestros niveles de estrés negativo (distrés).
Cuando el origen está en la dificultad de adaptación a las tecnologías se le denomina tecnoestrés.
Ante esta situación, aparecen nuevos riesgos que afectan a nuestra salud, entre ellos están:
- Vamping: Hiperconexión digital que resta horas de sueño y causa insomnio.
- Phubbing o ningufoneo: Desprecio hacia las personas que están a nuestro alrededor por dar prioridad a los dispositivos electrónicos.
- Smombies: Actitud de realizar actividades sin prestar atención por estar pendiente del smartphone.
- Nomofobia:Necesidad de permanecer conectado constantemente.
- Text-Neck: Conjunto de dolencias en la zona cervical derivadas de la adopción de malas posturas al consultar constantemente el teléfono.
Estos riesgos están asociados al aumento de horas que pasamos frente a una pantalla y la reducción de actividad física.
La hiperconexión digital, sedentarismo y sobrealimentación se convierten en una combinación peligrosa, generando problemas circulatorios, respiratorios, musculoesqueléticos e incluso mentales.
Es poco probable que podamos prescindir de la tecnología en su totalidad, pero algunos cambios de actitud pueden ayudar a afrontar el tecnoestrés:
- Identificar los estresores que pueden ser fuentes de alteraciones en nuestro bienestar. Saber qué nos produce estrés, es el primer paso para poder afrontarlo.
- Realizar actividades que nos liberen del estrés: Deporte, cultura, familia, amistades, etc.
- Buscar activación física. Es importante buscar compensar el desgaste mental con actividad física. Este mismo esfuerzo nos servirá para lidiar con el sedentarismo y los problemas musculoesqueléticos asociados al mismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada semanal.
- Desconexión digital. La hiperconexión que vivimos genera dependencia. Debemos ser capaces de liberarnos de la sobrecarga de información, dejar espacio para que nuestra mente descanse.
- La interacción social es una buena herramienta para gestionar el tecnoestrés.
El estrés se define como el desajuste entre demandas y capacidades. Por lo tanto, si somos capaces de mejorar nuestras capacidades, podremos tolerar adecuadamente situaciones de estrés que afrontamos a diario.
Adaptarnos al cambio nos ha permitido evolucionar y sobrevivir como especie. Cuando los cambios son constantes, necesitamos adaptarnos más que nunca.
Te puede interesar:
Distrito hace recomendaciones a la ciudadanía para que tome acciones ante la mala calidad del aire
Sectores del Distrito se hace un llamado para que la ciudadanía tome acciones de autoprotección…
Ministro de Salud propone reforma tributaria para implementar cambios en sistema de salud
El ministro de salud, Guillermo Jaramillo, en medio de su visita a Bucaramanga dando a…
Buena noticia: El consumo de tabaco sigue disminuyendo en el mundo
En el periodo del año 2000 al 2022 la población adulta que consumía tabaco se…