Por Martín Casanova Piraquive | 26/04/2021.
En la tarde del 2 de junio de 2018, una roca espacial proveniente del asteroide Vesta, impactó dentro de la superficie de la Tierra cerca del desierto del Kalahari en Botsuana, luego de un largo viaje que realizó sobre la galaxia por más de 22 millones de años, como objetivo de la misión Dawn de la NASA.
A las 18:44 horas de la tarde del sábado 2 de junio de 2018 (hora local continental), una pequeña roca espacial proveniente del asteroide (4) Vesta, atravesó la atmósfera terrestre, a unos 60 mil kilómetros por hora sobre el territorio africano, en la nación de Botsuana. El fenómeno se registró desde el ‘Lunar and Planetary Laboratory’ de la Universidad de Arizona, en la ciudad de Tucson, a través del programa de investigación de cometas, asteroides y objetos próximos a la Tierra, ‘Catalina Sky Survey’ como objetivo de la misión Dawn de la NASA, y se pudo ver a través de una cámara de vídeo que estaba incorporada dentro de una granja de Sudáfrica, que a su vez captó la explosión.
Este diminuto meteorito conocido como ‘2018 LA’ fue descubierto por el telescopio del programa de investigación ‘Catalina Sky Survey’, consiste en ser una roca espacial que llegó a la Tierra a una velocidad de 17 kilómetros por segundo, engendrando una bola de fuego brillante que iluminó el cielo de la tarde, tras un largo viaje que realizó por más de 22 millones de años y se encontraba a una distancia lejana, casi similar a la órbita de la Luna.
Este asteroide comenzó a emitir un brillo más fuerte que la luna llena, alcanzando una superioridad iluminativa de 20 mil, mientras cruzaba el cielo africano. No obstante, se calculó que el ‘2018 LA’ había sido descubierto 8 horas antes y tenía aproximadamente un 85% de probabilidad de impacto, entre los cielos de Australia y Madagascar.
El programa espacial ‘Catalina Sky Survey, fue el primero en detectar el asteroide como el segundo más grande en el Sistema solar, y esto permitió que se pudiera recuperar datos de archivo del programa ‘SkyMapper Southern Survey’ en Australia, el cual evidenció que esta roca sólida de 1,5 metros de tamaño que se encontraba en el espacio exterior, comenzaba a rotar cada cuatro minutos y una vez, sobre la superficie de la Tierra, fue bombardeado por una serie de rayos cósmicos, los cuales crearon unos isótopos radiactivos que mostraban alrededor del 25% de la luz solar.
El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena (California), informó que esta enorme roca espacial de un medio de diámetro y con 5.700 kg de peso, comenzó a entrar en la atmósfera de la Tierra a más de 60 mil km por hora y a 27 km de altura y al cruzar el cielo africano, se desintegró en varios fragmentos que quedaron destrozados en un amplio espacio sobre el desierto del Kalahari en Botsuana, donde se pudo concluir una alta probabilidad de que el asteroide se había preparado para una trayectoria de impacto.
Durante el transcurso del meteorito, se comenzaron a remitir una serie de alertas automáticas a la comunidad de observadores de asteroides y a la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria en la sede de la NASA, en Washington D.C., con el fin de conseguir más detalles astronómicos, pero se había determinado que la roca era muy pequeña e inofensiva, por lo que no se registró ningún daño causado en la superficie de la Tierra, debido a la explosión.
El director de Defensa Planetaria de la NASA, Lindley Johnson, anunció que este asteroide ha sido el segundo que logró ser detectado en el espacio por el telescopio del programa, antes de impactar sobre la Tierra, 10 años después de que el ‘2008 TC 3’ llegara a la superficie y explotara sobre el continente africano, en el norte de Sudán donde allí recolectaron una serie de fragmentos en la zona donde impactó. El 1 de enero de 2014, el meteorito conocido como ‘2014 AA’ también fue previsto hace unas pocas horas, antes de su impacto sobre el océano Atlántico.
El científico e investigador del Instituto Mitchell de Física Fundamental y Astronomía de la Universidad de Texas, y docente de la Universidad de Ontario Occidental, Peter Brown, afirmó que este diminuto meteorito se encontraba en un rango equilibrado de 0,3 a 0,5 kilotones de trinitrotolueno (TNT). Este objeto espacial tenía una estructura de 2 metros de diámetro y era mucho más reducido que los que han sido detectados en el espacio exterior. No obstante, el programa espacial de la Universidad de Arizona, ofreció una única alternativa para recuperar muestras de este asteroide que fue observado sobre la galaxia en 2018, buscando implantar esfuerzos exitosos, con el fin de recuperar los demás meteoritos.
El pasado viernes 23 de abril, la revista científica estadounidense, Meteoritics and Planetary Science publicó que, en octubre de 2018, un equipo internacional coordinado por el astrónomo de meteoritos del Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), Peter Jenniskens, encontró alrededor de 23 meteoritos en las profundidades de la Reserva de Caza del Kalahari Central en Botsuana, tras el impacto de la explosión del ‘2018 LA’. El primer meteorito fue encontrado a 30 metros del campamento de investigación paleontológica, con un tamaño de 18 gramos y unos 3 cm, en el quinto y último día de búsqueda. Por otro lado, los estudios que fueron realizados por los investigadores del SETI, revelaron que la órbita del ‘2018 LA’ se originó a través del interior del cinturón de asteroides donde se encuentra ubicado el (4) Vesta. No obstante, la revelación de otros datos astrométricos, notaron la órbita de aproximación del asteroide, así como también, el período de giro y su forma.
Por último, las observaciones del ‘2018 LA’ fueron captadas en video, limitando su posición en su órbita y sus tomas se utilizaron para cuadrar la ubicación de la llamarada principal de la bola de fuego sobre la Reserva de Caza del Kalahari Central.