(De la obra “Lucha con amor” Edición 1)
Por Helen Fares de Libbos
Soy una persona que me he caracterizado por ser muy sincera, que dice las cosas claras y de frente, sin rodeos, sin odio, ni orgullo. Si hablo del amor y del bien no significa que siempre haya hecho el bien, pues en algún instante de mi vida he perdido la fe y he deseado el mal a quienes me han envidiado, pero gracias a la vida que me dejo mucha experiencia y ya superé esto. Después de todo lo que me ha pasado, no me gusta recordar lo malo; pensar en mis hijos hace que yo perdone y ahora lo dejo todo en manos de Dios para que él se encargue de juzgar. Durante toda mi existencia he aprendido sobre lo que me conviene o no. He luchado por mi familia y la saqué adelante. Sobre mi mal genio, tengo que decir que es momentáneo. A los dos minutos, ya estoy como si nada hubiese pasado, lo que comprueba que lo puedo superar y no hay odio en mi corazón. Recuerden esto: quién escucha olvida, quién observa recuerda y quién hace aprende, esta es mi razón para escribir: lo escrito, escrito queda.
Tengo la seguridad que lo que se hace con buena intensión se logra.