(De la obra “Canto a la vida” Edición abril 2010)

Por Helen Fares de Libbos
En ningún caso, cambiaría las risas de mi alma por las riquezas de las multitudes.
Ni me contentaría convertir en quietud a las lágrimas.
Deseo que toda mi vida en esta tierra, sea por siempre de lágrimas y sonrisas.
Las lágrimas purifican mi corazón y me revelan el secreto de la vida.
La risa que me acerca a mis prójimos, las lágrimas que me unen a los misterios.
La risa que simboliza la dicha de mi propio ser.
Prefiero mil veces la muerte feliz, antes que una vida vaga e inútil.
La vida de las flores es esperanza, logros y paz: es de lágrimas y risas.
La vida de las nubes es una vida de reuniones y despedidas de lágrimas y sonrisas
Así, el alma se separa del cuerpo y se dirige hacia el mundo material como una nube por los valles de tristeza.
Enfrenta a la brisa de la muerte y la retorna a su lugar de origen, de amor y belleza que es Dios.