Griselda Bermúdez Ahumada – El poder transformador y sanador del arte

Mi Nombre es Griselda Bermúdez Ahumada, tengo 35 años, soy fisioterapeuta de profesión con estudios y experiencia en investigación clínica de 5 años, especialista en asesoría de inversión inmobiliaria con experiencia de 8 años; Actualmente me dedico a mi empresa de arte @kikiartg, creando obras de arte decorativo, personalizadas y a la medida de cada cliente.

Manejo un amplio portafolio de obras de arte fino, abstracto, en donde predominan las texturas, mixed media y diversas técnicas aplicadas sobre lienzo.

Soy una artista plástica que decidió dejar su vida en el sector farmacéutico para dedicarse 100% al arte y al diseño interior hace más de 3 años. @kikiartg ha crecido exponencialmente en el último año, consolidando ventas internacionales y nacionales durante y post pandemia al igual que muchos emprendimientos Colombianos; trabando con pasión, responsabilidad, creatividad y mucho amor. Su servicio personalizado y enfocado en la necesidad particular de cada cliente ha sido una fórmula de éxito en cuando a creación y venta de cuadros decorativos en el país.

EL ACCIDENTE

(Esta es una reseña para una entrevista radial que me hicieron hace 2 años) Ocurrió el 30 de Diciembre de 2013.
De repente me vi en estado de inconsciencia producto de un terrible accidente donde mi carro dio tantas vueltas que sobrevivir es algo que casi nadie puede creer. Me quede dormida en la turpike a 140 kms por hora; lo suficiente para dejarme fracturas a nivel de esternón, costillas, hombro y lo peor: una fractura de columna que me partió en dos, literalmente, a nivel t3-t4 dejándome paralizada de la mitad de mis senos hacia abajo.
Inmediatamente después del accidente a las 11:00 de la noche llegó muy diligente el equipo de rescate con helicóptero, grúa y policías que me gritaban que todo estaría bien y que tenían que sacar el carro del hueco donde estaba, muy cerca de un canal de agua lejos de la vía. Ellos me despertaban y me decían que ya me iban a llevar al hospital, pero yo no sabía no entendía porque estaba así, ni qué sucedía, ¿yo solo preguntaba qué pasó? ¿Qué paso? Luego de 2 horas de maniobra y de tener que partir la camioneta, ahí estaba yo, indefensa, con mi cuerpo doblado hacia adelante del volante, llorando de terror pero VIVA, no recuerdo mucho pero sé que el sonido del helicóptero me indicaba que todo estaba mal y que estaba involucrada en un terrible accidente automovilístico que me cambió mi vida por completo en un abrir y cerrar de ojos, yo tenía 20 días de estar de vacaciones en Miami, yo venía de Orlando a Miami a encontrarme con mi familia que también había venido de Barranquilla, y algunas primas que viven en Miami, para pasar el 31 de Diciembre.

Al llegar al hospital inmediatamente se acercaron enfermeros y doctores a estabilizarme y a hacerme preguntas, yo solo gritaba y decía que me dolía la espalda, que no lo soportaba, ellos me decían que moviera las piernas y yo desesperadamente trataba, pero no podía, tan sólo yo movía el primer dedo del pie izquierdo. Se acerco un doctor y me hizo muchas pruebas físicas y me tomaron muestras de sangre, me dijo que tenían que hacerme una tomografía de todo el cuerpo porque creían que tenía múltiples fracturas, luego se acercó un policía y me pregunto que de dónde era, que de dónde venía, ¿y qué había pasado? Que si recordaba algo y yo le respondía sus preguntas pero no tenía ni idea en ese momento de lo que estaba sucediendo, le pregunte que si yo había hecho daño a alguien y me dijo que no. Y me preguntó los números de teléfonos de mis familiares los cuales en ese momento se me borraron de la mente; fue entonces cuando se me ocurrió pedirle al policía que me prestara su celular para entrar en mi Facebook y así enviar un mensaje a mi familia; y así fue, envié un mensaje a mi prima Eliana, avisándoles que había tenido un terrible accidente y que estaba en un hospital, el resto lo terminó de escribir el policía con número de teléfonos y dirección, y fue así como se enteraron de lo que estaba sucediendo.

Entré al tomógrafo y fue allí donde empecé a sentirme confundida e indefensa. No sabía que había pasado, pero sí sabía que mi vida, a partir de ese momento, no sería igual. Sabía que mi vida estaba en peligro, pero también sabía que hay un Dios todopoderosos que me salvó de la muerte y que por qué no podría ayudarme a superar toda esta situación. Le pedí fortaleza, calma, le pedí que no me dejara sola y que fuera él quien tuviera en sus manos el control de la situación.
Luego de casi una hora; el neurocirujano me dijo, “tienes la espalda partida y tengo que operarte”, inmediatamente un frío recorrió todo mi cuerpo y le pregunté: ¿voy a volver a caminar otra vez? Y él me respondió “no sé”, yo le tomé sus manos y le dije “Dios bendiga tus manos y que sea Dios actuando a través de ellas, yo voy a volver a caminar”.

Fueron 6 horas de cirugía… Al despertar estaba en la habitación en cuidados intensivos con toda mi familia y amigos esperando para verme; nadie decía nada, sólo miraban y con caras de mucho dolor de verme así, me daban mucho aliento y recuerdo ver el rostro de mi prima Natasha, fue la primera persona que recuerdo ver, yo le pregunte a ella: ¿Naty voy a volver a caminar? Y ella me contestó: “¿Grise tú crees en Dios?”, cuando ella me hizo esa pregunta, yo obtuve todas mis respuestas, todas aquellas respuestas que yo necesitaba para decidir CREER y tener Fe y Esperanza en que volvería a camina y que mi fe sería inquebrantable a partir de ese momento. Yo estaba tranquila porque muy en el fondo de mí sabía que algo bueno estaba sucediendo y que todo estaría bien, Dios estaba escuchando las oraciones de todas las personas y eso hacía que me recuperara rápidamente.

No sabían qué iba a ser de mi luego de salir de cuidados intensivos, yo no tenía seguro en Estados Unidos y mi familia no tenía el dinero para pagar las cuentas, entonces apareció la trabajadora social que por cierto es colombiana y me dijo que posiblemente podían hacer algo para ayudarme a través de seguro de emergencia del gobierno y fue así como logramos, a través de ella, llenar una solicitud para no pagar nada al hospital.

Yo seguía muy delicada, paralizada y con múltiples fracturas que me causaban un dolor terrible; pero con mucha fe, la cual me permitió permanecer fuerte cuando se acercó el neurocirujano a decirme que no volvería a caminar, que tenía que ver las radiografías para conocer la lesión de médula espinal que padecía, yo le respondí “lo siento doctor, puede irse porque no quiero ver ninguna imagen ni tampoco quiero que nadie me diga que no volveré a caminar porque yo sí voy a volver a caminar”.

La problemática de toda esta tragedia radicaba en qué iba a ser de mi luego de salir del hospital y cómo sería la atención de rehabilitación que debía recibir, afortunadamente, al lado del hospital donde yo llegue; quedaba el Pinecrest Rehabilitation Hospital y la trabajadora social de nombre Denisse Elías le dijo a mi familia y a mí que ella estaba muy conmovida con mi situación y que quería ayudarme, que iba a hablar con el gerente del hospital de rehabilitación para que me recibieran como caridad; y fue así como el dar Bob Donwoody decidió darme una cama de caridad con todos los servicios médicos y de rehabilitación, fue así como el 6 de enero de 2014 ingrese a ese maravilloso hospital donde me dieron los mejores cuidados y donde conocí gente increíble que hoy son mis amigos, fue allí donde conocí al Dr. Jeffrey Farber, quien se esmeró por ayudarme a permanecer el mayor tiempo posible en ese hospital y facilitarme todas las ayudas de rehabilitación que yo requería. Fue allí donde al día 16 empecé a mover la pierna izquierda, al mes y medio la derecha. En las terapias empecé a obtener control de mi cuerpo, y gracias a Dios el diagnóstico inicial de paraplejía permanente cambio por completo.

REFLEXIONES

Huir del dolor no es una opción, debemos enfrentar el dolor para así trascender a nuestro destino y a nuestro propósito.

Cuando das ese paso de Fe y comprendes que el único que puede rescatarte y salvarte es Dios y que nadie más tiene ese poder; entonces es allí en donde empiezan a ocurrir los milagros y puedes “volver a empezar”

Yo di ese salto de fe cuando entré a cirugía y luego de 6 horas desperté con mi alma tranquila y confiada, nunca antes ni después he experimentando una prueba de fe más grande que esta.

Nadie podía creer la manera como yo asumí esta tragedia y fue en eso en donde estuvo el verdadero milagro

Las horas de terapias tenían que estar acompañadas de música y risas, no había espacio para retroceder, yo tenía que seguir y aprovechar cada oportunidad de vida que estaba recibiendo en ese momento, yo nunca abandoné la búsqueda de mi propósito, la búsqueda de mis metas, la búsqueda de encontrarme a mi misma en medio de todas las dificultades que pasé.

LA ENSEÑANZA

Nunca rendirse, Tener FE absoluta y creer en que los milagros sí suceden, jamás perder la esperanza porque gracias a la esperanza podemos soñar y visualizar un mejor futuro, gracias a la esperanza podemos tener una luz al final del túnel, gracias a la esperanza yo jamás abandoné mis metas ni mis sueños, la esperanza fue lo que me mantuvo de pie, lo que no dejó rendirme, lo que me permitía entender que esa situación tan mala, solo era algo temporal y que no siempre yo iba a estar en una silla de ruedas, que solo era un momento duro que me haría mas fuerte y que me llevaría a otro nivel de conciencia y de madurez espiritual.

Siempre tuve en mi mente unas palabras bíblicas que hablan sobre la tribulación o momentos difíciles, dice que debemos gloriarnos en estos momentos, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia, prueba, la prueba esperanza y la esperanza jamás avergüenza porque es allí donde esta el amor de Dios.

Aprendí a valorar más las cosas simples, a agradecer por poder ser independiente, por respirar, porque mis sentidos estuvieran intactos, por valorar mas a mi familia y reconocer quienes son los verdaderos amigos y las personas que verdaderamente merecen estar en mi vida y con las que sí vale la pena compartirla.

Gracias a todo lo que sucedió hoy soy más fuerte, más segura, más paciente y más humilde porque, aunque en nuestra mente creamos que todo lo tenemos garantizado, no es así, la vida puede cambiarte en un abrir y cerrar de ojos y es allí cuando debes demostrarte a ti mismo de lo que estás hecho. Podemos tener seguridad sobre cosas y personas, pero esta seguridad es efímera, todo puede cambiar de la noche a la mañana y por eso debemos vivir día a día de la mejor manera que podamos, sin hacer daño a nadie y agradeciendo todo lo que tenemos.

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