El destino es una línea recta

(De la obra “El Odio no se escribe” Edición julio 2011)

Por Helen Fares de Libbos   

Creo que para mí, escribir es una forma de vivir, de buscar sentido en el mundo. Eso no cambia mucho de un momento a otro, pero evidentemente, cuando el momento era muy represivo, vivir era resistir, era buscar la libertad.

De esa forma, todo lo que yo escribía, tenía que ver con esa forma de vivir. Eso era lo que yo sentía y pensaba.

La costura, la música, el bordado, el tejido, siempre aportan algo a lo que escribo. Es algo más de sensibilidad, ayuda para los aspectos visuales y sonoros de la realidad. He bordado durante toda mi vida.

Soy abuela de una nieta que es música profesional, y profesional en arte visual, todo eso es parte de mí vida.

No sé cómo logro esas cosas no es un procedimiento consciente, Leo mucho, es parte de mi vida, Lo mismo cuando ocupo mis manos y ocupo mi mente leyendo o preparando algo para escribir. Cuando escribo para jóvenes o para niños me imagino que les estoy hablando, cuando escribo para adultos me imagino dialogando con ellos.

Creo que eso es parte de la observación de la realidad a la que le mezclo memorias personales o culturales, pero no sé cómo llegan a mí ni cómo se mezclan.

En mis libros se mezcla la lectura para adultos y niños. Cuando empecé a escribir para niños mi nieto tenía 3 años y yo pensaba cómo haría para dirigirme a él. Hay diferencias de postura pero se puede hacer al escribir. Nada es muy difícil, ni muy claro mientras escribo…pero yo soy la misma.

Cuando a un lector le gusta lo que lee es muy generoso, no hay que diferenciar edades ni el interés que exista por el escritor. Quien se interesa por un libro habla a una parte de su alma o habla a su vida.

El encuentro con un lector es, sin edades, un regalo de la vida,  y sé que ese es el misterio adorable de la literatura.

Por eso siempre me gustó leer, conozco la obra de García Márquez, el libanés Khalil Gibran, el palestino Mahmoud Darwish, el peruano Vargas Llosa, el brasilero Paulo Coelho o el libanés, escrito en árabe, Said Hakal.

Lo que tenemos de distinto es fascinante, Lo que tenemos igual es emociónate.

Es difícil entender que hay un punto donde no se puede seguir escribiendo más, hay que terminar enseguida, y empezar a cortar y reducir lo que ya está escrito.