Por Leonardo Rincón | 13/06/2021.
Adrián Ballester es un joven de 27 años oriundo de Barcelona, España, quién un día decidió, después de un altercado en su oficina, salir a caminar, lo que él no sabía era que ese día podría cambiar el mundo.
Free Conversation Movement (FCM por sus siglas en inglés) es una ONG creada por Ballester en el año 2017, y tal como él lo cuenta, este movimiento nació gracias a que un día en su oficina tuvo una discusión con un compañero, decidió salir por las calles de Barcelona, con la suerte de haber encontrado a un desconocido que era la versión de Papá Noel de España, asegura Adrián, que luego de haber conversado por cerca de una hora, se percató la importancia de hablar con un desconocido para olvidar un mal día.
Ballester es Administrador y Director de empresas graduado de la universidad de España, empero, FCM surgió con él como única persona del proyecto, cuenta que tuvo muchos altercados con oficiales de policía por el hecho de sacar dos sillas y un tablero para escuchar a las personas.
sin embargo, esta iniciativa ha ido creciendo a nivel mundial, tanto así que ya cuenta con un equipo de trabajo internacional conformado por 5 oyentes más: uno en México, otro en Taiwán y dos más en Barcelona. Así mismo, hay una persona en Toronto, Canadá, que coordina los voluntarios de Norte América, una en Ecuador para los oyentes de América Latina, una persona en París encargada del marketing y una diseñadora gráfica que trabaja desde Barcelona.
Cuenta que para la elección de los voluntarios primero deben pasar por una serie de pruebas tanto psicológicas como psicotécnicas, donde se evalúa al voluntario y en caso de ser aprobados pasan por una capacitación para poder brindar la mejor experiencia a sus usuarios.
Adrián comenta que muchas personas que intentan ingresar, buscan beneficios personales y no ayudar a desconocidos, que es la función principal de la ONG. Cuenta que para financiar su proyecto busca ayuda gubernamental, sin embargo, tiene socios que aportan económicamente lo que pueden y su idea de proyecto es que en 5 años cualquier persona, sin importar identidad, raza o religión, pueda tener un voluntario que lo escuche y pueda orientarlo de forma personal.
