Por Jorge Enrique Santacruz.
Los pastores de Belén vienen a adorar el niño…Se vino… ¡¡¡que peligro!!! Esto no lo para nadie. Ni míster Covid.
Ya estamos oyendo con más frecuencia melodías como esta; Antón tiruriru (adaptación de un villancico catalán), Tutaina Tuturumaina (la palabra Tutaina es utilizada en el Perú para referirse coloquialmente a una fiesta pequeña), llamadas villancicos.
Pero, ¿de dónde provienen los villancicos?
Dejemos que sea Tatiana Arango quien no lo diga y explique su procedencia.” Estas canciones para la época navideña no siempre tenían un contenido religioso. En sus orígenes, en la España medieval, trataban asuntos de la cotidianidad como el amor, la desdicha y la valentía. Quienes componían las letras eran los llamados villanos de la época, una palabra proveniente del latín villanus que se refería a los habitantes de las casas de campo o labriegos. De ahí vino el término villancico.
También se escuchan por estas épocas de navidad los melomerengues, expresión musical de toda la picardía popular.
El arruinado (Gildardo Montoya)
Casi que estoy pobre
¡No! ¿Quién dijo?
Medio arruinado
Si hubiera plátanos le asaba uno
Pero de malas, no hay parrilla
Si hubiera buñuelos también le daría
¿Pero pa’ qué, si no hay natilla?
Y detrás de los villancicos se viene la novena ¿o es al revés? ¿ la novena detrás de los villancicos? Esto como que más bien es; principio y fin.
De lo que si estamos seguros es de la aparición del matrimonio perfecto, aquel que no permite la más mínima duda, es la simplicidad y armonía perfecta, puesta a todo tipo prueba; la natilla y el buñuelo. Buñuelo y natilla; ¡¡¡que casao!!!
Pero este matrimonio no viene solo. Siempre anda en “gallada” como dicen. O si no veamos estos compañeros de viaje navideño; Hojaldres con Arequipe, ¡¡¡Dios mío!!! brevas con manjar blanco y queso, ¡¡¡ santísima trinidad!!! que dicho sea de paso , una cosa es Arequipe y otra el manjar blanco. Y falta el cortado para formar la trinidad perfecta; arequipe, manjar blanco y cortado, tres sabores distintos y un solo pecado, o ¿será mejor un solo placer? ¿Y en donde dejamos el desamargado?… bueno, esto es ya es más complicado, toda una tradición de los dulces como los anteriores, dejada por los españoles. Hay un dicho popular que reza “quien anda solo se deja solo” Pero en este caso, se puede aplicar de una manera peculiar. Todos en forma particular son buenísimos, pero unidos formando el tradicional plato navideño son perfectos.
“Llévele este platico a la vecina y este otro para… y para todos hay. Costumbre que se esta perdiendo. Pero el rey, el que se parece a la divina que no tiene comparación, ni ahora ni nunca es el buñuelo con natilla. ¡¡¡Que casao!!!… que dios nos coja confesaos por que ante esta tentación nadie en sus cabales o con los cinco sentidos se resiste. Cosa curiosa, el buñuelo juega solo todo el año y en navidad se empareja con la natilla y acaba con todo el mundo. Así como la Divina; en diciembre no lo para nadie. Razón tenía Ochoa, parecen caballos de carrera cuando se acercan a la meta, no los para nadie. A propósito: grande mecha, grande. En diciembre acabas con todos.
Se acerca la navidad y el jibarito cantando… aires de felicidad.