Alternativas para desechar aceite de cocina que no contaminan el medio ambiente

Foto de David Clode en Unsplash

Por Maria Alejandra Tangarife Toro | 25/04/2021.
En los hogares colombianos es muy común todavía que el aceite de cocina que ya está usado sea arrojado por la tubería del lavaplatos o que sea depositado por el alcantarillado de la calle. Es que a veces las personas pensamos que, al desaparecer de nuestra vista, sea cual sea la vía, aquellas cosas ya no son asunto nuestro.

Pero ese aceite puede causar problemas cuando ya no lo vemos, desde dañar y taponar la tubería de la casa, hasta contaminar el agua de nuestra casa común, en los humedales, ríos y océanos.

Hay que tener en cuenta que un solo litro de aceite mal desechado, puede llegar a contaminar cerca de 1.000 litros de agua. Además de que es un líquido tóxico para muchos animales, crea una capa en la superficie que impide el paso de la luz solar y del oxígeno. Por eso, debemos pensar que los ríos no solo nacen en la montaña, sino también en cada punto donde tenemos contacto con dichas fuentes hídricas: en las tuberías de las casas y oficinas, en las calles, en canalizaciones de quebradas y en caminos rurales.

Por eso, hay alternativas mucho más responsables para evitar que este líquido se convierta en un agente contaminante. Una de las acciones más preventivas es reducir el uso de aceite en los alimentos que preparamos; de esta forma estamos teniendo consciencia desde el momento de las compras y evitamos el desperdicio y la contaminación.

Otra alternativa es depositar el aceite usado, una vez esté frío, en un contenedor con tapa e identificar los puntos de recolección de aceite. En Bogotá, desde el 2019, existen 23 puntos de acopio de aceite de cocina usado, muchos de ellos en las alcaldías locales.

Por esto, la alternativa más potente es mantenerse informado. Así, primero se sabe cuáles son los efectos adversos de hacer una mala disposición final del aceite de cocina; segundo, es posible identificar los puntos de acopio que son instaurados en las ciudades por las organizaciones gubernamentales, o por empresas como Recoils que se dedica a convertir el aceite vegetal usado en biodiesel y por fundaciones como Recicla Pues que actualmente ofrece instalar gratis estaciones de recolección de aceite de cocina usado en edificios residenciales.

Las redes sociales y sitios web son plataformas digitales que hoy en día cumplen también una función pedagógica y educativa. Entonces, las cuentas esas organizaciones se convierten en medios muy cercanos en los que podemos consultar a dónde, cómo y cuándo podemos llevar el aceite de cocina que hemos reciclado.

El interés de cada persona en reciclar, en educarse y en actuar hacen parte, sin duda, de las acciones imprescindibles para reducir el impacto negativo ambiental. Las alternativas están dadas, pero es necesario que nos informemos y actuemos responsablemente.

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