AL PRESIDENTE LE PESA MÁS LA FARÁNDULA QUE MILLONES DE JÓVENES

Por Gustavo Castro Caycedo

Me alegra ver a la juventud, (hombres y mujeres), marchando solidaria, firme y pacíficamente; consciente del poder que tiene, unida, para lograr que por fin cambie el país; y proyectando ya su voto que en 2022 diga no más, a los congresistas pícaros, y ratifique a los pocos que los han representado bien y honestamente.

Supero los 78 años, y aunque aún tengo suficientes fuerzas y quisiera salir a lanzar piedras, creo más en el diálogo. Transito 60 años como periodista, y he sido constante en protestar escribiendo, que es lo que sé hacer, contra la injusticia social y la inequidad; contra los gobernantes farsantes que al llegar al poder afloran sus promesas mentirosas de campaña, traicionando a quienes los eligieron. Contra los políticos deshonestos y los congresistas bandidos; contra los funcionarios corruptos que “van en llave” con contratistas “idem”; contra los poderosos más indolentes; contra tantos malos que posan de ser buenos; y contra quienes con sus pecados tienen sumidos en la desgracia a millones de seres humanos colombianos.

Siempre soñé con el despertar pacífico de los jóvenes para exigir sus derechos y los de sus familias víctimas de la inequidad. Hoy, otros mayores como yo que ya vamos de salida, y que caminamos también pacíficos hace más de medio siglo, sin haber podido lograr lo que hoy, respaldamos a la juventud, escribiendo. Admirable ver a tantos jóvenes sin carencias ni privaciones, acomodados pero solidarios con sus congéneres excluidos; y contra la “injusticia social que no resiste más injusticias”.

Iván Duque con la más alta desaprobación en más de 30 años

Qué bueno tener la certeza de que no soy una excepción, que me identifico con la inmensa mayoría de los colombianos “retratados y medidos” por las más importantes encuestas de opinión, e investigaciones de los últimos días, aún a pesar de que los menos, (algunos lo saben, pero por su posición política sostenida desde antes, no se atreven a aceptarlo), opinan lo contrario. Un ejemplo es la investigación de, ” Percepción sobre el paro Nacional”, de la Universidad de Antioquia, hecha en ese departamento entre mayores de 18 años, estableciendo que el 67.79% está de acuerdo con el Paro. Que “el 28.6% ha participado en manifestaciones”; y que el 80% del 71.4% que no lo ha hecho, considera que “va a empezar a salir a marchar”. Que “el 69.2% desaprueba el tratamiento de la protesta social por parte del presidente, y que el 84.68% conoce las razones que motivaron las marchas. La última encuesta de Invamer, mostró que el presidente, tiene la más alta desaprobación de un mandatario en todos sus 30 años de investigaciones; y que “el 77,5%, cree que Colombia va por mal camino”. El importante Opinómetro de Datexco, de mayo, dijo que “el 75.1% está a favor del Paro Nacional”, y “el 82.2% cree que el gobierno ha manejado mal el Paro”.

El Centro Nacional de Consultoría, (CNC), para CM&, entre mayores de 18 años, reveló el 1° de junio: “El 31% de los jóvenes colombianos ha salido a marchar”. Que el 78%, conoce las 6 peticiones que el Comité del Paro presentó hace un año al Gobierno. Que el 73% está de acuerdo con la protesta social; y el 76% con las marchas y manifestaciones. Que el 27% ha participado en las marchas y manifestaciones.  Que “el 79% tiene una opinión negativa de a la forma como el gobierno ha buscado soluciones al paro”. “El 55% cree que el paro fortalece la democracia y el 38% que la debilita”. Que, “el 70% simpatiza con la causa de los jóvenes que está protestando; y el 61%, “conoce las peticiones que los jóvenes le hacen al gobierno”. Y finalmente, “el 78% dice que apoya las peticiones aquellos jóvenes le hacen al gobierno”.

Otra encuesta reciente del CNC, también para CM&, sobre el pensamiento del Paro Nacional y las manifestaciones desde el 28 de abril, entre jóvenes de 15 a 35 años estableció que el 81% está de acuerdo con el Paro Nacional; y el 90 por ciento cree que las protestas son necesarias para las democracias. Que el 70% cree que “la protesta le ha servido al país; que el 72% cree que el resultado del paro va a ser Positivo”, y “que el 76% cree que este tiene objetivos claros.

Lo que gracias a Dios ha logrado el dialogo

Gracias a Dios, lo que no lograron las gestiones del gobierno durante más de un mes, lo está consiguiendo el diálogo civilizado, conciliatorio y convincente de alcaldes, gobernadores, líderes sociales, curas y empresarios en consensos regionales con la Primera Línea, y no a la brava, como pretendía el gobierno. La fuerza pública ha estado dedicada activa y efectivamente al importante trabajo de remover los materiales de las barricadas desactivadas que bloqueaban las vías 

El Comité Nacional del Paro, (CNP), pidió a sus líderes departamentales que, coordinados con esos mediadores, levanten los cierres viales; y dice que esa “es una demostración de voluntad para buscar una solución negociada y concertada”. Sin embargo, con el gobierno hay avances, pero no acuerdos. Las marchas siguen. Con diálogo están obrando el milagro: han levantado más de 1.000 puntos de bloqueo que no pudo destrabar el gobierno en sus inútiles rondas con el CNP. Ya hay vías libres en Cundinamarca, Quindío, Valle, Cauca, Risaralda, varias en Cali, Pereira, de Bogotá a Facatativá y Zipaquirá, y otras carreteras de Cundinamarca, Antioquia, en las rutas Pereira – Manizales, Chía, Buenaventura, Tumaco, Popayán, Junín, Caloto, Miranda, y muchos otros sitios. Con la Defensoría del Pueblo como garante, se inició el desbloqueo de la vía Panamericana en Cauca y Nariño.

El clamor de la ciudadanía, los transportadores, los médicos y los empresarios, están siendo escuchado por fin. Al final de esta columna adjunto unos ejemplares y esperanzadores testimonios de colombianos valiosos que inspiran reflexión en un momento tan delicado como el actual. Son unos seres humanos multiplicadores de conciencia social, claros, valerosos y honestos, cuya sumatoria tiene la fórmula para darle otro rumbo a la ebullición social que hoy sacude a Colombia. Ellos sí saben lo que se debe hacer para construir un país justo y pacífico. El pensamiento de estos adelantados sociales, contrastan con la ciega y sorda, arrogancia del poder ante los justos reclamos de la población del tercero o cuarto más inequitativo de los 210 países del mundo, según los dos estudios mundiales más importantes sobre esa problemática, que es el factor real de la enorme protesta e indignación que sacude a Colombia desde que el presidente se negó negligentemente a retirar, (cuando aún era tiempo), su desquiciada reforma tributaria, acto criticado hasta por su partido, que generó el paro más grande de nuestra historia, y más de 3.000 marchas.

Los jóvenes, de clases baja, media, media alta e infinidad de universitarios solidarios de la alta, son los actores principales de la rebelión. El 83% de ellos no cree en él gobierno, el 67% en la Fiscalía; el 65% en la Procuraduría; y el 47% en la defensoría del Pueblo. Y desafían hasta al coronavirus con sus grandes marchas pacíficas, a las que al entrar la noche prosiguen asonadas de vándalos nacionales, e “importados” de Venezuela, que incendian y saquean, generando terror y ruina.

Duque y algunos ciudadanos, han decidido estigmatizar a los jóvenes que marchan, y a los de la Primera Línea, mezclándolos porque sí, con los violentos sembradores del caos. O con los activistas del paro que “montan bloqueos” dañándole la vida a miles de colombianos inocentes, como a dos inocentes recién nacidos que murieron por no dejar pasar las ambulancias que los llevaban a que salvaran su vida.

Desde 2019 se niega a recibirlos en “La casa de todos”

El presidente ha despreciado sistemáticamente el drama de los jóvenes; se ha resistido a oír la gravedad de lo que sufren, y de forma equivocada cree resolverlo en reuniones con sindicalistas, políticos, opositores, diplomáticos, curas, y con un show montado con un puñado de muchachitos pobres en el Chocó, “para cañar”.  Desde 2019 se niega a recibir los líderes de los jóvenes en Palacio, ignorante o ignorando que ellos son la verdadera fuerza de la gran protesta nacional que está transformando a Colombia. Duque, que suele aplaudir artistas, y a todo el mundo, por lo que sea, parece tener alergia por los jóvenes; no tuvo ni la elemental felicitación que cualquier presidente hubiera dado al gran héroe, Egan Bernal. En cambio, con su conocida fiebre farandulera privilegia con “puertas abiertas de la casa de todos”, a personajes, como: Tomás y Jerónimo Uribe; a Maía, Maluma, Esteban Yalta, Pipe Bueno, Carlos Vives, Jimmy Camargo, Silvestre Dangond, Galy Galeano, Fonseca, ChobQuibTown; a músicos y acordeoneros, a todo lo que suene a rumba; importantes sí, pero nunca tanto como los jóvenes de Colombia.

Sano sería que el presidente y consagrado animador de televisión, desbloqueara su agenda del “show en la TV”, y cumpliera su deber constitucional de abrir espacio para dialogar y concertar con los muchachos que representan mucho más que el paro mismo. Cuan distinto sería si los escuchara, como se lo ha pedido el 80% del país en las encuestas, y que en lugar de falsas promesas les diera soluciones como lo manda la Constitución, y porque también para eso lo eligieron presidente.

Indolente a pesar de que su altivez fue el detonante de esta locura, de “esta guerra”, no lo ha conmovido la trágica cuota de sangre que por su arrogancia enluta e indigna a Colombia; a las familias de 71 civiles muertos, (muchos a quemarropa), y a las de dos policías acribillados a mansalva; a más de 2.000 heridos de lado y lado; a 40 con lesiones y pérdidas de un ojo, o mutilados; a policías incinerados, y a una cifra indeterminada de desaparecidos. El sigue tratando de lavar su imagen con supuestas entrevistas sin entrevistador, piezas de propaganda en inglés fabricadas por publicistas gringos, (despilfarrando más dólares); le echa toda la culpa a otros, con la torpe idea de que le van a creer luego de su vergonzosa salida en falso con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH: “¿El que la debe la teme?”

El bloqueo presidencial a los más capaces

Aparte de los tiranos Maduro y Daniel Ortega, nadie se atrevería a bloquear una visita de La CIDH, para impedir su veeduría. El noticiero CM& del 27 de mayo, dijo: “El presidente Duque hasta ahora no había querido admitir la visita de la CIDH”. Y el serio periodista Carlos Cortés, afirmó ese día en su programa Zona Franca, (presentando pruebas incontrovertibles), que “La Canciller mintió en Washington”; al noticiero CNN. La CIDH solicitó autorización para la visita, el 8 de mayo, pero el presidente guardó silencio y dejó pasar el tiempo sin responder. Ella manipuló información sobre la visita pues fue el gobierno el que puso la fecha del 28 de junio y no la CIDH. Las reacciones de la opinión internacional hicieron que Iván Duque, “con disculpitas reculara”, y aceptara como nueva fecha el 8 de junio. ¿Piensa él que van a creerle a los informes de la Fiscalía, Procuraduría y Defensoría, calificadas por muchos como sus “ombudsman” de bolsillo?”

Hay un bloqueo insólito que se ha “autoimpuesto” el presidente durante su mandato, con el que desdeña a los más capaces; a mentes valiosas con gran experiencia y peso político, privilegiando que podrían salvarlo, pero él prefiere el “reencauche de la rosca rotativa” con sus amigos sumisos sí, pero ineptos, que navegan de un cargo a otro y que por su medianía lo ha perjudicado más. ¿Qué tal nombrar como Canciller a la vicepresidenta, luego de sus constantes “metidas de tacón”, que le han valido un 61.7% de imagen negativa?

No olvide ver y oír los siguientes mensajes de unos colombianos que son ejemplo de sensatez, sinceridad, valentía, claridad, y responsabilidad social con el país.

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