CIUDAD Y SENTIMIENTO: Héroes o villanos III. A lo lejos se ve…

Por Jorge Enrique Santacruz

Sí, ¡ahí estaban! los veían desde el morro del Valle de las piedras, desde donde se divisa todo su extenso territorio. Observándolos, además del pueblo indígena, todo aquello que les rodeaba; las ranas, los soles, las lunas, las figuras humanas y de animales que terminaban en gráficos de extraños seres que habitaban en el Valle; el mismísimo Xamundí, jefe de la escuadra local.

Desde ese momento, Xamundí vio llegar a los españoles; a Juan de Ampudia y a Miguel Muñoz, que venían escapados del pelotón, serpenteando a la orilla del Gran Cauca desde Popayán, con todos sus coequiperos, formando un pelotón compacto. Pero no los estaban esperando para vitorearlos, porque se habían dado cuenta a tiempo de que no eran el “world team” del ciclismo, sino una banda que venía a usurpar y a conquistar. Lo único que quedaba era defenderse y evitar el propósito de Sebas y sus “peruleros”

“Lo que vio Xamundí fue el resplandor de las armas y los escudos del ejército conquistador que venían desde el sur, tras la leyenda de El Dorado”. Allí, se dio cuenta que algo diferente ocurría, algo fuera de lo común. Después de esa escena histórica, lo que se forjó fue una guerra desigual en la que el cacique y su pueblo se convirtieron en guerreros para defender su terruño.

Y como no había medallas ni ramos de flores esperándolos, a la fuerza tomaron posesión de las tierras en nombre del Rey y la Reina, sus patrocinadores, mejor dicho; sus señores.

¡Y ahí fue donde se armó la grande! no la de Madrid que es una orquesta, sino la guerra.

Después de la llegada de los españoles, ya comandados por el mismo Sebastián de Belalcázar, como quien dice en vivo y en directo, lo que se vivió en esta tierra fue un relato de miedo, muerte y de tristeza.

¡Qué tal este podio ganador! Rey, cruz y armas. Y aquí la confusión si es bien grande. ¿Quiénes son los héroes? y ¿Quiénes los villanos?

Esa guerra, fue librada en la zona por Xamundí. Y fue la oportunidad para que se uniera con Petecuy, el Cacique de Lilian, para batallar juntos contra los invasores en una guerra que poco a poco fue diezmando a su pueblo, hasta que, siendo los últimos habitantes, convertidos en esclavos, ayudaron a la fundación de la Villa de Ampudia en 1536, que luego pasó a llamarse Rosario, Rio claro y actualmente Jamundí.

A lo lejos se ve….

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