Por: Fernando Calderón España.
Colombia es el escenario adecuado para confirmar que la vida no tiene sentido. Por eso es que vale la pena vivirla, para buscar, encontrar y quedarse con el sentido.
Lo último es lo único importante. Hay que quedarse con el sentido cuando lo encuentre.
Es posible que ese sentido no valga la pena, pero el solo hecho de haberlo hallado es lo que la vida necesitaba para seguir siendo vida.
La mayoría de los seres humanos no tiene ningún sentido, porque no han vivido la vida. Han vivido para que otros le encuentren sentido.
Vivir para agradar a los demás es perder el sentido.
El amor no surge para agradar. Es un error y por eso fenece con facilidad. El amor busca la repartición, la distribución. Del desagrado nace la permanencia. Nace la continuidad. Y de estos es que se convierte en perenne. El recuerdo es la afirmación cotidiana de lo perdurable.
El amor sería en único sentido de la vida.