(De la obra “El odio no se escribe” Edición julio 2011)
Por Helen Fares de Libbos
Solamente yo soy la intérprete de mi propia vida, por eso trato de dar las mejores respuestas emocionales, evito el autoengaño y los excesos en las acciones.
Yo sé medir las realidades de mi propio descuadre, veo igual desde arriba que desde abajo, veo igual desde afuera que desde adentro, así puedo abrir mi mente a realidades superiores.
Sobre las razones de mi actual realidad emocional, aprendí a comunicarme con los demás abriendo mi mente a otros y a mí misma. Y para vencer cualquier clase de timidez no reacciono a la defensiva ni con complejos.
Así conservo el buen humor, la serenidad y el equilibrio.