Por Dennis Guevara I 11/06/2021.
Es un día como hoy, queridos lectores, la fecha precisa para admirar el arte de lo moderno, más exactamente del Modernismo, al ser un 10 de junio su celebración internacional.
El Modernismo, un término que para muchos podría hacer referencia a lo cotidiano o contemporáneo, pero, he de afirmar que eso está lejos de ser así, debido a que esta es una corriente no solo cultural; en ella se permean diversas artes como lo son: la pintura, la literatura, la arquitectura y hasta el cine. Además, se le suma su incidente y decisivo carácter en las dimensiones sociopolíticas.
Un movimiento de renovación artística que nos remite desde finales del siglo XIX hasta inicios del siglo XX. Es allí donde surge la creación de un nuevo lenguaje, donde se decidió romper el encasillamiento tradicionalista y arriesgarse; pues, a fin de cuentas, la verdad no es absoluta, muy por el contrario, es versátil y cambiante, tanto así que busca darle libertad e independencia creativa al autor para expresarse.
En representación de esa marcada personalidad, encontramos al catalán Antoni Gaudi, como su máximo exponente, tras ser único e inigualable en sus diseños arquitectónicos. Su fuerte era dedicarle el mayor aprovechamiento tanto al volumen como espacio, logrando integrar la tradición e innovación y enmarcando la naturaleza de Cataluña, España.
Es por eso que una de las obras más recurrentes y memorables ha sido su inacabado monumento en representación de La Sagrada Familia, titulado de igual forma. Él, junto a otro gran arquitecto, Odon Lecher, más recordado por su apodo “Gaudí Húngaro”, quien, con su apropiación nacionalista al estilo Oriental, marcarían un antes y un después, no solo en sus territorios sino mundialmente.
Ahora bien, es importante resaltar que el fallecimiento de estos dos célebres artistas, hace que, desde el 2013, anualmente todos los 10 de junio se conmemore el día Internacional del modernismo, como homenaje a ambos decesos.
De igual forma, no podemos dejar de lado a nuestra querida Latinoamérica, en donde se calcula nace el modernismo en la década de 1880. Allí fue donde particularmente se permitió la exaltación de los indígenas y la naturaleza como fuentes de inspiración, surgiendo como contraposición del nuevo mundo: urbanizado e industrial.
En ese entorno y en reiteradas ocasiones se ilustraba su descontento social, prefiriendo un escape más fantasioso, donde el estilo propio e ideologías renovadas fuesen los elementos predominantes. Esa etapa marcó el fin del romanticismo, para dar rienda suelta a un lenguaje sensual o erótico que para esa época era tachado de inapropiado.
Y así, creciendo en medio de estos cambios, nacieron grandes exponentes literarios como Rubén Darío, José Martí o el mismísimo colombiano José Asunción Silva; todos ellos poetas empedernidos.
Para enaltecer dicho movimiento artístico, un día como este, se tienen preparadas variedad de actividades relacionadas como: exposiciones, talleres, ferias, rutas turísticas y conferencias a las que los invitamos a participar, para así exaltar el valor cultural de esta apasionante y singular corriente.
