Laura Núñez Marín, Bogotá, 14 oct (EFE).- La integridad de los derechos electorales, generar garantías a los votantes y no poner en riesgo la vida de las personas a causa del coronavirus son algunos de los desafíos a los que se enfrenta Latinoamérica, la región más golpeada por la pandemia, que debe celebrar en los próximos meses varias citas electorales en medio de una profunda polarización política y social.
Hasta el momento, dos países latinoamericanos, República Dominicana y Uruguay, han celebrado elecciones en tiempos de pandemia.
El 5 de julio, República Dominicana vivió unos comicios presidenciales -que ya habían sido aplazados por motivos técnicos- bajo la presión del coronavirus, lo que incidió en una abstención del 44,71%, la más alta desde el fin de la dictadura en 1961.
Por contra, el 27 de septiembre, Uruguay, fiel a su tradición democrática, celebró elecciones municipales con un número de votantes bastante elevado, más del 85% del electorado, gracias en parte a la baja incidencia de la pandemia.
TENSIONES POLÍTICAS Y SOCIALES
Las elecciones que se celebraron antes de la pandemia, “ya mostraban en la región un signo de preocupación” que se acentuó y el panorama a futuro “es de mucha incertidumbre”, señala a Efe Leandro Querido, director ejecutivo de Transparencia Electoral (TE).
Según el analista, por un lado, están varios Gobiernos con marcados giros autoritarios que han aprovechado la crisis sanitaria para fortalecerse como es el caso de Venezuela, Nicaragua y Cuba, este último destaca por el buen manejo que se le ha dado a la pandemia.
Y por otro, países como Chile, Colombia, Argentina y Costa Rica que viven momentos de convulsión social en protesta por las medidas adoptadas por sus Gobiernos para enfrentar la pandemia y que han sido insuficientes a las profundas necesidades económicas de los ciudadanos.
Para Daniel Zovatto, director para América Latina y el Caribe de Idea Internacional, la pandemia aceleró todas estas tensiones.
Tras registrarse el primer caso de COVID-19 en Latinoamérica en marzo, hubo cierta calma tras meses de convulsiones sociales en varios países.
“Muchas de estas protestas fueron enviadas a cuarentena y las elecciones fueron pospuestas, por lo tanto las dos válvulas de escape sociales también fueron enviadas a cuarentena”, afirmó a Efe Zovatto.
Sin embargo, la extensión de las cuarentenas, medidas que no respondieron a las necesidades sanitarias y sociales, y que agravaron la situación económica de los ciudadanos, generó “un caldo de cultivo de mucha frustración, de mucho enojo” y de nuevo aparición las protestas.
DESAFÍO ELECTORAL
La Organización de Estados Americanos (OEA) junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) crearon un “manual electoral” para que las elecciones sean seguras y se apliquen todos los procesos de bioseguridad, sin que se vulneren los derechos políticos de los ciudadanos.
Para Querido, Uruguay es el mejor ejemplo en la región de cómo se deben realizar elecciones en tiempos de pandemia y también destaca las reformas que están adoptando otros países como Brasil, que en las municipales hará una prueba piloto para votar por el teléfono celular.
Los desafíos de la pandemia en clave electoral tienen que ver con “los países que ante esta crisis han visto una oportunidad para fortalecer su institucionalidad, para innovar, para incorporar tecnología, para mejorar la participación electoral (…) son esos países los que empiezan a marcar diferencias a tomar distancia del resto”, destacó el directivo de TE.
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VOTO CASTIGO
En los últimos años, en la mayoría de los comicios ganó el voto de castigo a los partidos gobernantes y muchas de estas elecciones son el reflejo de eso.
Bolivia llega de nuevo a elecciones este 18 de octubre, luego de que hace un año fueran anuladas por denuncias de fraude a favor del ahora Evo Morales, cuyo partido el MAS lidera los sondeos pese a las protestas que se registraron en contra del expresidente. La cuestionada gestión del Gobierno interino ha influido en la campaña electoral.
Los comicios municipales en Brasil el 15 de noviembre servirán para medir al Gobierno de Jair Bolsonaro, que pese a las criticas por el manejo a la pandemia que tiene al país como el segundo con más casos en el mundo, no ha afectado tanto su popularidad.
Tras meses de fuertes protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera, el 25 de octubre los chilenos tendrán que decidir en un plebiscito si cambian la Constitución de 1980, para dejar de lado cuestiones que aún siguen vigentes desde la dictadura de Augusto Pinochet.
El turno final le corresponde a Venezuela el 6 de diciembre en las elecciones legislativas, que de nuevo parten en medio de la polémica por la ausencia de una parte de la oposición y que reafirman una vez más el poder del Gobierno de Nicolás Maduro.
DÉCADA DECISIVA
Latinoamérica inicia el próximo año una década decisiva, pero el panorama no es alentador y según el director para América Latina y el Caribe de Idea Internacional, hay tres cuestiones en juego.
Número uno, “se arriesga a tener otra década pérdida en lo económico”, dos, se “arriesga a que se produzcan retrocesos devastadores en materia de desarrollo humano de una década y en algunos países hasta de dos en términos de pobreza, de desigualdad, de desempleo” y tres, “todo este contexto puede generar un deterioro en la calidad de la democracia, incluso, un retroceso en términos democráticos”.
Ante el complejo panorama económico, sanitario y social, tras las citas electorales del último trimestre del año, en 2021, países como Ecuador, Argentina, Perú y Chile, entre otros, decidirán en las urnas a los dirigentes que manejarán “la nueva normalidad”. EFE
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