Un remoto lugar de Bolivia donde la campaña electoral apenas llega

AME840. IVIRGARZAMA (BOLIVIA), 12/10/2020.- Fotografía de una casa de campaña del Movimiento Al Socialismo (MAS), el 10 de octubre de 2020, en Ivirgarzama (Bolivia). La gente es reacia a hablar de política ante las cámaras en el trópico de Cochabamba, en lugares remotos de Bolivia como Puerto Villarroel donde apenas se nota que el país esté en campaña electoral. EFE/ Jorge Ábrego

 

Jorge Ábrego y Claudio Ábrego, Puerto Villarroel (Bolivia) (EFE).- La gente es reacia a hablar de política ante las cámaras en el trópico de Cochabamba, en lugares remotos de Bolivia donde apenas se nota que el país está en campaña electoral.

“Casi no hay mucha campaña”, comenta a Efe una vendedora de fruta, María, la única que se anima a hablar aunque prefiere no dar su apellido, en la localidad de Villa Tunari.

Bajo la lona que protege su puesto de venta en la calle, esta mujer de mediana edad recuerda que antes “sí era más, ahora ya no”, una campaña que está próxima a concluir para las elecciones generales de este domingo 18 de octubre.

La vendedora lleva un amplio sombrero blanco a juego con su mandil y medio sonríe al comentar que el voto depende de cada uno, pues no tiene necesariamente que ir al Movimiento al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales.

Algunas de estas localidades están en el Chapare, una zona cocalera considerada un bastión del MAS de Morales, quien sigue siendo presidente de la federación sindical de los cultivadores de hoja de coca.

El azul de este partido es de los pocos que se ve por la zona, aunque sus sedes de campaña están cerradas en localidades como Ivirgarzama y Chimoré, ya sin la foto del líder cocalero que durante casi catorce años dirigió Bolivia y que por primera vez en tres décadas no es candidato ni siquiera a parlamentario, aunque desde Argentina lleva la campaña del MAS.

Antes el azul del MAS era omnipresente, pero ahora la campaña electoral apenas se siente en lugares como Puerto Villaroel, junto al río Ichillo que lo conecta con la zona amazónica de Bolivia a través de una hidrovía.

 

LA GENTE NO HABLA DE POLÍTICA

El buen clima lo convierte en uno de los principales productores en el país de palmito, banana y naranja, que se prodigan en sus mercados, donde la gente sonríe pero no quiere hablar de política ante las cámaras, incluso hay quien advierte de que no se tomen fotos ni video.

Igual que ocurre en Shinahota, donde ni los vendedores ni sus clientes, tampoco un chofer que pasa por uno de los mercados, acceden aunque sea a comentar unas palabras sobre cómo se viven en esta zona las elecciones.

Algunas poblaciones distan unos 250 kilómetros de dos de las principales ciudades de Bolivia, Cochabamba y Santa Cruz.
Aunque la distancia se mide en tiempo, sino en horas de viaje desde cada una de ellas, un tramo en barca incluido, para llegar a lugares distantes como Puerto Villarroel.

Una zona donde se habla quechua, pero donde se escucha poco de las elecciones a las que los bolivianos están llamados para elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados, con el MAS primero en las encuestas, aunque con la duda de si vencerá en primera vuelta este 18 de octubre o habrá una segunda.

Las elecciones se repiten apenas un año después de los comicios de octubre de 2019 en los que Evo Morales había sido declarado vencedor, pero que luego se anularon entre denuncias de un fraude electoral a su favor, algo que siempre ha negado y que sigue aún bajo investigación judicial.

Morales pasó sus últimas horas en Bolivia en el Chapare, no lejos de Puerto Villarroel, antes de salir de su país en noviembre del año pasado denunciando que era forzado a dejar el poder por un golpe de Estado para privarlo de una nueva victoria en las urnas para un cuarto mandato consecutivo. EFE
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