- 28/02/2021 – Karen Hernández.
En América Latina, la cantidad de mujeres con trabajo informal abarca el 54% y en Asia Meridional alcanza hasta el 95%.
Alrededor del mundo, la posición económica de las mujeres es minoritaria comparada con la de los hombres, hasta en las economías de países desarrollados como Francia, Grecia y Alemania, la pensión media de las mujeres es hasta de un 30% más baja que la de los hombres.
El mercado informal es ocupado principalmente por mujeres, la falta de oportunidades las sumerge en el mundo de la subsistencia a mucho esfuerzo y baja remuneración. La falta de protección y seguridad que brindan los empleos formales las ubica en un lugar peligroso dentro del rebusque, siendo foco de abusos, maltratos y acoso callejero; además de estar expuestas a las llamadas “vacunas” por grupos vandálicos en los sectores.
Además de solicitar ingresos dignos, protección y apoyo legal, las mujeres que, en la mayoría de los casos son cabezas de familia, deben luchar por conseguir cuidado para sus hijos y estabilidad.
Es importante aclarar que el trabajo informal no es solo la venta y el rebusque callejero, también son las que trabajan en casas de familia como empleadas domésticas, las recolectoras de café y desinfección de cultivos, entre otros tipos de empleo por el que son explotados, sin derecho a salud ARL o pensión.