(De la obra “Lucha con amor” Edición I octubre 2008 – Edición II febrero 2015)
Por Helen Fares de Libbos
Cuando nació mi consciencia siempre la tenía frente a mí, la he cuidado con cariño y respeto y mi consciencia creció dentro de mi como todas las cosas bellas y deliciosas que poseo.
Nos amamos la una a la otra. Mi consciencia y yo amamos al mundo que nos rodea, porque la consciencia tiene un corazón abundante y el mío tiene mayor abundancia. Cuando converso con mi conciencia, mis días se llenan de gran felicidad.
En las noches entre sueños amorosos, he descubierto que la consciencia tiene un lenguaje falso, pero la mía es eterna.
Cuando nos enfrentamos, acudo a la justicia, pero que tristeza, la justicia no tiene consciencia.
Cuando caminamos juntas, la gente nos mira con envidia y yo estoy muy orgullosa con mi conciencia.