COMUNICADO 096 de la JEP
- El Grupo de Apoyo Técnico Forense (Gatef) de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP intervino 20 puntos de interés forense.
- La diligencia judicial contó con el acompañamiento de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, integrada por profesionales de Guatemala, México e Italia.
- Marsella es un caso emblemático de desaparición forzada en el país, pues sus habitantes recuperaban cuerpos que eran arrojados al río Cauca para darles sepultura.
- Los cuerpos inhumados en Marsella podrían corresponder a víctimas de la masacre de Trujillo, ocurrida entre 1986 y 1994, en el Valle del Cauca.
Por primera vez, el Grupo de Apoyo Técnico Forense (Gatef) de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP llevó a cabo una jornada de prospección y exhumación de cuerpos de posibles víctimas de desaparición forzada con un equipo técnico forense internacional. El intercambio de experiencias, con la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, tuvo lugar en el cementerio Jesús María Estrada de Marsella (Risaralda), entre el 31 de julio y el 3 de agosto de 2023.
Durante la diligencia judicial, el equipo interdisciplinario intervino 20 puntos de interés forense. Se realizaron 14 prospecciones y se documentaron ocho recuperaciones que fueron entregadas al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses para avanzar en el proceso de identificación. Algunos de los criterios analizados por el Gatef en el proceso incluyen hallazgos con características y elementos asociados que permiten inferir contextos de muerte violenta.
El cementerio Jesús María Estrada de Marsella es uno de los 16 cementerios de municipios de Risaralda sobre los cuales la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP ordenó medidas cautelares. A través de estas, se busca proteger el estado actual de cuerpos no identificados y cuerpos identificados sin reclamar que podrían ser de víctimas de desaparición forzada, en el marco del conflicto en armado esa región.
Según registros y documentación recogida por la JEP, los cuerpos inhumados como no identificados en el cementerio de Marsella podrían provenir de las subregiones norte, centro y alto del río Cauca. En específico, podrían corresponder a víctimas de la masacre de Trujillo, ocurrida en los municipios de Trujillo, Riofrío y Bolívar (Valle del Cauca), entre 1986 y 1994. Para profundizar en la verificación de esta posibilidad, la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP vinculó en estas medidas cautelares a la Gobernación de Valle del Cauca y a las alcaldías de dichos municipios.
El caso de la ubicación de cuerpos no identificados en el cementerio de Marsella reviste una condición especial, tanto por la geografía de la región como por las creencias y cualidades humanitarias de los habitantes de este municipio. En las décadas de los años 80 y 90 se produjo el fenómeno de la constante aparición de cuerpos con signos de violencia que eran arrojados al río Cauca. Estos cuerpos quedaban atrapados en una zona del río conocida como el ‘remolino de Beltrán’, ubicado en la vereda Beltrán, de Marsella. Allí, los habitantes rescataban a los cuerpos que bajaban por el río y les daban una sepultura acorde a las tradiciones religiosas de la región.
Sin embargo, esta tradición y acto de caridad con las víctimas de la violencia derivó en que Marsella fuera catalogado como uno de los municipios más violentos del país por el alto número de registros de víctimas rescatadas en el río. “Hay que dar gracias que los rescataron, (…) así haya quedado como uno de los municipios más violentos del país, pero hoy se está haciendo el reconocimiento de estas personas y pueden ser devueltas a sus familiares. Hoy se conoce que no fue así, que no fueron víctimas directas del municipio, sino víctimas indirectas”, expresó María Isabel García, representante de víctimas de Marsella y vicepresidenta de la Asociación Terranova.
De forma paralela a la diligencia de búsqueda y recuperación, el 2 de agosto se llevó a cabo con la comunidad una serie de actividades de carácter conmemorativo, y en consonancia con el componente psicosocial del Gatef: trabajo pedagógico y psicosocial con niñas y niños de la Institución Educativa Agrícola Alto Cauca; una jornada de información con víctimas del conflicto armado y habitantes del sector; y, por último, un espacio simbólico que consistió en una caminata hasta el río Cauca, la cual finalizó con la plantación de árboles en la orilla del río, como símbolo de esperanza y vida.
“Estamos haciendo, primero, la conmemoración; segundo, haciéndoles un reconocimiento a todas las familias y personas que viven acá en la vereda y que han hecho parte de toda esta labor de recoger los cuerpos”, añadió María Isabel García.
A partir del diagnóstico hecho por el Gatef, el número de víctimas de desaparición forzada que provenían de otros municipios y fueron inhumados en el cementerio de Marsella podría ascender a 170, que corresponden a los puntos de interés forense protegidos por la JEP. A la fecha se han llevado a cabo 4 jornadas de prospección y exhumación en el cementerio de Marsella, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación, en cumplimiento de la orden dada por la Sección de Ausencia de Reconocimiento de la JEP.
Acompañamiento internacional
El equipo forense internacional, que incluyó a profesionales de diferentes países como México e Italia, fue seleccionado por medio de concurso entre la comunidad antropológica de Guatemala para acompañar a los equipos interdisciplinarios de la JEP en esta diligencia judicial. Este acompañamiento se realizó con el fin de intercambiar experiencias y conocimientos en materia de este tipo de trabajo forense en terreno, en el marco de crímenes relacionados con conflictos armados.
La Fundación de Antropología Forense de Guatemala surgió en 1992 como equipo forense con el objetivo de dar respuesta a familiares de víctimas de desaparecidos por el conflicto armado de ese país. Desde 1997 se constituyó como una fundación que se ha concentrado desde entonces en la búsqueda e identificación de personas desaparecidas, “por un lado para encontrarlos y poder hacer su propio proceso de reconocimiento de acción social, pero también cumplir con sus tradiciones, sobre todo cuando son comunidades indígenas de origen maya, y poder dignificar los muertos, de llevarlos al lugar que corresponda”, dijo José Suasnabar, su subdirector, quien coordinó el acompañamiento en Marsella.