Por Myriam Manosalva | 11/07/2021.
Los agujeros negros representan un enigma para los científicos y la comunidad en general, que aún se formula cientos de preguntas alrededor de esta misteriosa formación espacial. Parte de la incógnita sobre los agujeros negros, radica también en el área que los delimita, esta zona está compuesta por un gas del cual poco se sabe, pero que gracias a la investigación científica se descubrió que esta sustancia, que emana de la atracción gravitacional de un agujero negro supermasivo, puede producir un tsunami espacial.
Este descubrimiento surgió tras la investigación de los enormes discos de gas y materia que giran alrededor de un agujero negro supermasivo. En el espacio entre el agujero y los discos, una zona sobre la cual el agujero no tiene control, la atmosfera fría del disco puede generar ondas similares a las olas del mar, cuando estas ondas entran en contacto con vientos a altas temperaturas, se posicionan en estructuras gigantes con forma de vórtice en espiral que llegan a estar a una altura de 10 años luz sobre el disco del cual emergieron y alcanzan una temperatura 10 veces superior a la superficie del sol.
En la tierra un tsunami sería causado por una erupción volcánica submarina, pero en el espacio esta ráfaga violenta de olas podría surgir de los cúmulos de gas caliente alrededor del disco, bloqueando el viendo con la estructura de vórtice en espiral denominada como ‘calle de vórtice kármán’. Este fenómeno es común en la tierra y suele observarse como formaciones atmosféricas similares a remolinos de nubes, que se posicionan sobre los archipiélagos o montañas aisladas. Estos vórtices ocasionan efectos cotidianos como la vibración de la antena de un auto en movimiento, también se ha descubierto que las abejas se impulsan en estas estructuras a su alrededor para mejorar su velocidad.
Este resultado tras la investigación descarta la teoría manejada hasta el momento acerca de las nubes que rodean un núcleo galáctico, que indicaba que estas se formaban de manera espontánea por el gas caliente tras la inestabilidad de fluido en el ambiente y desmiente la idea de que se requieren campos magnéticos para impulsar el gas de menor temperatura dentro de un disco hacia el exterior de este.