CIUDAD Y SENTIMIENTO: Esto se acabó

Por Jorge Enrique Santacruz

Ya vamos llegando, se está acercando…

Ya se oyen pasos de animal grande, de la noche a la mañana estamos empezando la otra mitad del año y como dice la gente: como vamos esto se acabó.

¿Que nos lleva a pensar en ello? Las fiestas y celebraciones que se avecinan por estos meses antes de diciembre, si no veamos lo que nos espera o nos depara el calendario.

Enumerémoslas: la de independencia ¿de qué? La batalla de Boyacá ¿cuál batalla? la asunción del señor, el día del amor y la amistad (llamado antes la fiesta de los novios y que por obra y gracia del comercio que todo lo puede y nosotros copiamos, la volvió un mes), la de la raza (que antes se llamaba del descubrimiento de américa; el continente, porque la del más grande se celebra un 13 de febrero), el día de las brujas, la de fieles difuntos, la de la mujer (otro invento comercial, como si los días de la mujer no fueran todos), la del grito de independencia en Cartagena (esta sí, la verdadera), la de las velitas, el de la inmaculada y se acabó esto: navidad, las ferias y el año nuevo ¡Qué barbaridad!

A lo anterior le agregamos las vacaciones de medio año (el verano que llaman), la actual pandemia (que sabemos cuándo empezó, pero no cuando acaba ), uno que otro cumpleaños, ya sea de la familia o de amistades, la de la novia o el novio, celebraciones empresariales, las famosas voladas que llaman, sin contar con los grados académicos, compromisos y bodas matrimoniales (que aunque no se pueden celebrar ceremonias, la fiesta no se perdona; como sea, aunque sea de manera virtual).

En esto de las celebraciones, es dónde aparecen las ideas y el ingenio, porque para celebrar, como dicen: tiempo sobra. Además, que contamos con los medios que nos las facilitan: Zoom, Meet, Whatsapp, Messenger, etc.

O sea que los medios existen, el propósito y las ganas sobran. Claro está, faltan los participantes, pero estos aparecen; propios, extraños y hasta regalados.

¿Y los regalos? tampoco es problema para Domicilio, el personaje de moda lo soluciona todo, solo se necesita un teléfono y si es móvil mejor, de lo contrario fijo también sirve. Le llevan o le traen lo que se quiera, piense no más qué y delo por seguro, con alguna que otra demora, pero llega.

 

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