Por Maria Alejandra Tangarife Toro | 11/05/2021.
Durante los últimos días de los 12 en total que lleva el paro nacional, las carreteras se han convertido en el reflejo más triste de la falta de bioética en el país. Dado que muchas vías están bloqueadas, los transportadores han optado por liberar pollos, cerdos y vacas que se dirigían a mataderos y otros criaderos; en plena carretera, a la suerte que les espere.
El transporte de animales para el consumo humano siempre representa riesgos, pues en la mayoría de los casos viajan hacinados, con poco alimento o hidratación, escasa luz y condiciones sanitarias pésimas. A la capital del país, llegan todos los días 3.700 animales para los mataderos, según el ICA. Con base en esa cifra, no es difícil calcular cuántos animales están sufriendo.
Por su parte, la ONG Sinergia Animal afirmó que los productores no han cumplido con las normativas que garantizan el bienestar de los animales en situación de emergencia. Esto deja en evidencia la relación netamente mercantil y utilitarista que existe entre la especie humana y los animales.
En este orden de ideas, las resoluciones 153 y 253 del 2020, así como el artículo 28 de la ley 84 de 1989 –que son las que dictaminan que en medio de huelgas los alcaldes, gremios y propietarios deben contar con planes de contingencia que permitan el alimento, la hidratación y alojamiento ventilado a los animales transportados– no funcionan más que en el papel.
Por lo tanto, en esta situación se deben revisar muchas aristas, desde los motivos que promueven el paro nacional, como lo es la precariedad en la que producen sus productos nuestros campesinos; hasta los hábitos de consumo del ser humano que pasan por encima de las vidas y el bienestar de los animales, por ejemplo, la alimentación basada en productos de orígen animal.
Ante esta emergencia, la ciudadanía está llamada a disminuir su aporte al sufrimiento animal y a denunciar los casos de liberación de animales en la vía de manera irresponsable. Desde diferentes santuarios de protección animal se han dispuesto diferentes líneas para ayudar con su rescate:
La Voz de Goyo (Fredonia, Antioquia) | WhatsApp: 3147973869
Second Chances (El Retiro, Antioquia) | WhatsApp: 3128954309
Santuario Animal Namigni (La Calera, Cundinamarca) | WhatsApp: 3219266207
Juliana’s Animal Sanctuary (Chía, Cundinamarca) | WhatsApp: 3204855971