ASÍ PASÓ: 1976-83 VIDELA EN ARGENTINA

Así pasó

Por Jairo Ruíz Clavijo

El general José Rafael Videla gobernó en la Argentina desde 1976 hasta 1986. En una etapa conocida como la dictadura cívico-militar, fue condenado a cadena perpetua y murió en prisión después de haber sido responsabilizado como autor de 469 crímenes de lesa humanidad: 66 homicidios, 306 secuestros, 97 torturas y 26 robos, los cuales no cometió personalmente, pero sí personas bajo su mandato, especialmente militares.

“Terroristas, explicaba el general, no son solo quienes ponen bombas, sino también quienes activan con ideas contrarias a nuestra civilización occidental y cristiana” En esa guerra santa las víctimas desaparecen. Muchos no cometieron delito distinto al de figurar en una libreta de teléfonos, – No hay inocentes proclama monseñor Plaza, obispo de La Plata, y el general Campos opina que es justo liquidar a cien sospechosos de terrorismo, aunque solo cinco resulten culpables.

A las prisioneras embarazadas las ponen a escoger entre la violación y la picana eléctrica, pero después de no soportar esta última, terminan siendo violadas por todos mientras suena La Marcha Nupcial. -Y bueno, es la guerra, dice monseñor Gracelli. En los cuarteles queman senos con sopletes-. Por encima de todo está Dios, dice el general Videla.

Monseñor Tórtolo, presidente del episcopado compara al general Videla con Jesucristo y a la dictadura militar con la pascua de resurrección. En nombre del Santo Padre, el nuncio Pío Laghi visita los campos de exterminio y exalta el amor de los militares a Dios. La Patria y la Familia justifican el exterminio porque la civilización tiene derecho a defenderse. En Colombia, la Comisión de la Verdad, combatida por Alvaro Uribe Vélez que gobernó en país entre el 2002 y 2010, investiga los crímenes cometidos en ese periodo y ya ha señalado el asesinato de 6.402 personas cuya desaparición justifican como militantes de la guerrilla.

Los crímenes, torturas y violaciones cometidos en ese período y ya reconocidos por altos militares y jefes paramilitares en su mayoría extraditados, superan en crueldad, número y sevicia a los ocurridos en Argentina. Pero en Colombia hay dos diferencias fundamentales: La Iglesia, aunque oficialmente no ha condenado a los principales responsables, sí hay importantes prelados que sin esperar fallos judiciales condenan las masacres y la Comisión de la Verdad está presidida por un sacerdote.

La otra gran diferencia es que en Colombia hay millones que justifican esas acciones criminales y respaldan con sus votos a los responsables (El Siglo del Viento, Eduardo Galeano Págs. 283 a 285 El Siglo XXI Editores, Barcelona 2016)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *