Por Myriam Manosalva | 02/08/2021.
Poco se habla de la importancia del funcionamiento del nervio vago en nuestro cuerpo. Este nervio craneal se encarga de administrar el desarrollo de múltiples funciones de nuestro organismo, necesarias para la supervivencia como la frecuencia cardiaca, el movimiento gastrointestinal, la sudoración y la movilidad de músculos de la boca, entre otros. Este nervio parte del tronco del encéfalo y recorre la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas, el hígado y las vísceras. La particularidad de este nervio radica en que, según estudios científicos, está estrechamente relacionado con las emociones.
El nombre que se le otorgó a esta ramificación dentro del cuerpo, viene del latín ‘nervus vagus’, o vago que hace referencia a la expresión deambular, por la manera en la que este recorre gran parte del cuerpo humano. Este nervio que se divide en dos como un espejo por el lado derecho e izquierdo del organismo, reporta al cerebro constantemente sobe el funcionamiento de todos los órganos que visita y es considerado el elemento principal del sistema nervioso parasimpático, encargado de controlar funciones involuntarias del cuerpo.
Dada la relación que existe entre el nervio vago y todos los órganos del cuerpo, es importante mantener a este nervio funcionando de manera óptima y estimularlo se ha convertido en materia de investigación. Al respecto los expertos aconsejan:
Respirar: Inhalar profundamente y mantener la respiración durante varios segundos, para luego exhalar y repetir el proceso, ha demostrado tener efectos beneficiosos para el funcionamiento del sistema nervioso, ya que se envía un mensaje de calma y control al cerebro.
Tararear: Cuando el cuerpo entra en estado de alerta, sin razón aparente, y necesita retomar la calma uno de los métodos más eficientes para reestablecer la paz mental y emocional, es cantar o simplemente llevar el ritmo de una melodía relajante, lo cual ha demostrado ser de ayuda al normalizar el ritmo cardiaco.
Concentrarse: Cuando una persona se ve sometida a una actividad estresante y desarrolla ansiedad, llega un punto en el que enfocarse es casi imposible, para esto se aconseja realizar un ejercicio de concentración básico como la observación y descripción de un objeto dentro del espacio o actividad estresante, para distanciar mental y emocionalmente a la persona de la sensación desencadenante del estrés. Otro de los consejos es dividir en pequeños pasos una gran tarea para desmenuzarla y cumplir objetivos sin estresarse en el proceso y así lograr la concentración en cada fase de la actividad.
Alimentarse sanamente: Los alimentos con niveles altos en azucares, sodio y grasas estresan innecesariamente al organismo, mientras que las frutas, verduras y cereales integrales, facilitan la digestión y aportan los elementos necesarios para el correcto funcionamiento del organismo.
Reírse: Disfrutar de una película cómica o pasar un buen rato con amigos donde las risas inunden el espacio, son actividades muy efectivas para relajar de manera inmediata el sistema nervioso, ya que una persona no puede carcajearse y estar estresada al mismo tiempo, ya que estas son actividades que se repelen mutuamente.