Barcelona (España), 8 jul (EFE).- Investigadores del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona (noreste) han descubierto en Marruecos una nueva especie extinta de roedor de grandes dimensiones que vivió hace unos 2,6 millones de años.
El hallazgo de este roedor múrido, que publica la revista norteamericana ‘Journal of Vertebrate Paleontology’ y en el que ha colaborado la Universidad Mohamed I de Oujda, se ha hecho en el yacimiento de Guefaït-4, en la provincia de Jerada, al noreste de Marruecos.
La nueva especie ha recibido el nombre de ‘Golunda aouraghei’, en honor al profesor Hassan Aouraghe por su trabajo en la cuenca sedimentaria de Aïn Beni Mattar y sus aportaciones científicas sobre el Cuaternario de Marruecos.
Según explicó el investigador del IPHES y de la Facultad de Ciencias Naturales y del Museo de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), Pedro Piñero, la masa corporal de este roedor ancestro era de unos 150-170 gramos, en comparación a los 60 gramos del actual ´Golunda ellioti´ o de los 25 gramos del ratón de campo (Apodemus sylvaticus).
Según Piñero, el género Golunda solo tiene un representante viviente,´Golunda ellioti´ o la rata india de arbusto, cuya distribución se restringe a Irán, India, Pakistán, Nepal y Sri Lanka.
Sin embargo, durante el Plioceno (hace entre 5,3 y 2,6 millones de años) este múrido también habitaba el continente africano, y se han identificado restos fósiles tanto en Etiopía como en Argelia y Marruecos.
“Creemos que este género es originario del norte de la India, y que durante el Plioceno consiguió alcanzar África cruzando por los dos extremos del mar Rojo (Península del Sinaí y estrecho de Mandeb), y logró asentarse tanto al norte como al este de este continente”, según Piñero.
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Los roedores fósiles aportan valiosos datos paleontológicos, ya que su morfología dental puede servir como indicador de la edad de los sedimentos donde se encuentran y ayuda a inferir las condiciones ambientales y climáticas que reinaban en un lugar determinado.
En este caso, la importancia de este descubrimiento radica en que es el último representante de su género en el continente africano y tiene grandes implicaciones para profundizar en la biocronología del norte de África.
“Su morfología dentaria, por ejemplo, refleja adaptaciones a una dieta más abrasiva que la de su ancestro, debido al incremento de la aridez al final del Plioceno e inicio del Pleistoceno en el norte de África”, detalló Piñero.
A pesar del intento de´Golunda aouraghei´ por adaptarse al incremento de aridez, esta especie no consiguió sobrevivir y se extinguió en África.
Los restos de la nueva especie se recuperaron a través del lavado y tamizado del sedimento extraído del yacimiento de Guefaït 4, un emplazamiento donde han aparecido numerosos fósiles, tanto de grandes como de pequeños vertebrados.
“Con el yacimiento paleontológico Guefaït 4 estamos reconstruyendo el mapa de la evolución de los grupos humanos de la región, de sus comportamientos de subsistencia y del paisaje y de los recursos disponibles durante todo el Cuaternario”, explicó María Gema Chacón, investigadora del IPHES, profesora de la URV e investigadora asociada del Museo Nacional de Historia Natural de París.
Durante los 3 años de intervención, en este yacimiento han recuperado más de 4.000 restos faunísticos que han permitido identificar más de 20 taxones de micro y macrovertebrados.
En este último grupo se incluyen elefantes, rinocerontes, hipopótamos, así como una especie primitiva de caballo con tres pezuñas, el Hipparion, y también ratas y ratones, con hasta cuatro especies distintas, entre las que se encuentra la nueva especie descrita en este trabajo.
También han aparecido restos de ardillas terrestres, gundis, jerbos, lirones, musarañas, lagartos de cristal, culebras, serpientes venenosas y ranas pintadas. EFE
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