Desarrollaron la monogamia y se cruzaron con otras subespecies.
Por Myriam Manosalva | 15/04/2021.
La forma de vida de los neandertales es un tema de estudio que ocupa a muchos científicos en la actualidad, ya que conocer sus mecanismos y dinámicas de supervivencia nos acerca un poco más al conocimiento sobre nosotros mismos como individuos y humanidad.
En febrero de 2002, se realizó un descubrimiento relevante sobre los neandertales. Dos exploradores hallaron en cuevas subterráneas, al suroeste de los Cárpatos, cerca de la ciudad rumana de Anin, miles de huesos de mamíferos. Dentro de los cuales se encontraba una mandíbula humana, que habría pertenecido a uno de los humanos modernos primitivos más antiguos conocidos en Europa. La mandíbula tenía una apariencia moderna, pero también contenía algunas características similares a las de los neandertales.
El individuo era un hombre neandertal en un 6-9%, la concentración más alta encontrada en un ser humano moderno primitivo, y alrededor de tres veces la cantidad encontrada en los europeos y asiáticos actuales, cuya constitución genética es del 1-3% neandertal. El sujeto hallado habría tenido un ancestro neandertal a solo cuatro o seis generaciones antes.
De esta manera se ha ido acumulando la evidencia de que el sexo entre los humanos modernos primitivos y los neandertales era habitual y ocurría en una amplia zona geográfica.
Una nueva subespecie de humanos se descubrió en 2008, cuando un equipo de arqueólogos encontró un hueso de un dedo roto y un diente molar en la cueva Denisova, en las montañas de Altai en Rusia. El legado de los ‘denisovanos’ permanece vigente en los genomas de personas de ascendencia melanesia y de Asia oriental.
En 2018, hallaron un fragmento de hueso que pertenecía a una niña, que llamaron ‘Denny’, ella tenía una madre neandertal y un padre denisovano. Los científicos secuenciaron el ADN de tres neandertales, que habitaron la tierra hace 38.000 a 53.000 años, y revelaron que sus cromosomas tenían mucho en común con los humanos actuales. Lo cual evidencia un ‘fuerte flujo de genes’ entre los neandertales y los primeros humanos modernos, esto demuestra que ambos se cruzaban a menudo.
Por otra parte los chimpancés comunes y los bonobos (Chimpancé pigmeo), quienes cuentan con alrededor del 99% de nuestro mismo ADN, poseen ‘espinas del pene’, que tienen la función de eliminar los espermatozoides de los machos competidores e irritar la vagina de la hembra, para que deje de tener relaciones sexuales por un periodo de tiempo. Este código genético en particular no existe en los genomas neandertal y denisovano, al igual que en los humanos modernos, esta característica habría desaparecido de nuestros antepasados comunes hace aproximadamente 800.000 años.
Este hallazgo es revelador ya que las ‘espinas del pene’ son más útiles en especies promiscuas, lo que conduciría a afirmar que los neandertales y los denisovanos eran en su mayoría monógamos.
Sin embargo, los neandertales tenían, al parecer, más sexo que los humanos modernos, esto es demostrado por el estudio de fetos que ha mostrado que la presencia de andrógenos en el útero puede afectar la ‘proporción de los dígitos’ de una persona en la edad adulta, esta es una medida comparativa de las longitudes de los dedos índice y anular, calculada dividiendo el primero por el segundo. Las personas con proporciones bajas de esta medida provienen de un entorno con niveles altos de testosterona.
De esta manera se confirman vínculos entrela proporción de dígitosy el atractivo físico, la orientación sexual, el desempeño en competencias académicas y la facilidad de relación con el sexo opuesto, entre otros ítems.
En 2010, se reveló que los chimpancés, gorilas y orangutanes, que suelen ser más promiscuos, tienen proporciones de dígitos más bajas , mientras que un humano moderno primitivo encontrado en una cueva israelí y los humanos actuales tenían proporciones más altas (0,935 y 0,957, respectivamente). Y los neandertales, que tenían proporciones entre los dos grupos (0,928), habrían sido menos monógamos que los humanos modernos y actuales.