Valencia, 27 jul (EFE).- Un estudio ha puesto de manifiesto que el estrés cardíaco provocado por un maratón es proporcional a la intensidad relativa a la que se corre, es decir, que los deportistas que son capaces de realizar este tipo de competición a un porcentaje más alto respecto a su frecuencia cardíaca máxima muestran mayores concentraciones en sangre de marcadores de daño cardíaco al finalizar la carrera.
La revista European Journal of Applied Physiology ha publicado este estudio que ha sido liderado por el doctor Ignacio Martínez, doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y miembro del equipo de la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Valencia 9 de Octubre.
Además, la investigación recoge que, por el contrario, ni las variables ecocardiográficas ni la aptitud cardiovascular muestran relación con la liberación de troponina, marcador de daño cardíaco.
“Frente a estudios similares realizados en este ámbito, nuestro trabajo revela por primera vez que, a las 24 horas de finalizar el maratón, aquellos corredores que siguen mostrando una concentración de troponina en sangre por encima de los valores de referencia son aquellos que realizaron el maratón a una velocidad relativa mayor”, ha asegurado el doctor Martínez en declaraciones a la Fundación Vithas.
El estudio se llevó a cabo en el Maratón de Valencia de 2016 en una muestra de 98 corredores, a los que se sometió a una prueba de esfuerzo y un ecocardiograma antes de la carrera, obteniendo muestras de sangre de cada uno de los deportistas antes, inmediatamente después y a las 24, 48, 96, 144 y 192 horas posteriores a la prueba.
Los resultados evidenciaron un incremento significativo de marcadores de daño cardíaco al finalizar el maratón y una normalización de los mismos vinculada a la velocidad relativa de la carrera.
Ignacio Martínez ha añadido que “aquellos corredores que realizan la maratón a una intensidad más alta respecto a su máxima capacidad, deben dejar mayor tiempo de recuperación tras la competición y antes de retomar su ritmo habitual de entrenamiento”.
Esta investigación ha sido posible gracias al mecenazgo de la Fundación Vithas y la Fundación Trinidad Alfonso, y ha contado con la participación de investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón y la Unidad de Salud Deportiva de Vithas Valencia 9 de Octubre. EFE
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