Tener papada podría ser perjudicial para su salud

Los jóvenes sedentarios presentarían un alto riesgo cardiometabólico.

Imagen: Tua Saudé

Por Myriam Manosalva | 06/04/2021.
La grasa que rodea el cuello comúnmente conocida como papada puede deberse a una herencia genética, a malos hábitos alimenticios, al sedentarismo, y al envejecimiento, pero sin importar el origen de la aparición de este tejido adiposo la realidad es que puede ser signo de una serie de condiciones alarmantes para la salud.

Según estudios desarrollados por los investigadores de la Universidad de Granada (UGR) la acumulación de grasa en el cuello (desde la superficie evidenciada en la papada como en los depósitos profundos, ubicados entre los músculos y alrededor de las vértebras cervicales) representa adiposidad central y general, lo que significaría un alto riesgo cardiometabólico en la población joven sedentaria.

Además se ha descubierto que el incremento de la acumulación de grasa en ciertos lugares del cuerpo como lo son los depósitos del cuello, está directamente relacionado con la predisposición a presentar diabetes tipo 2 o alguna enfermedad cardiovascular.

La UGR logró demostrar que la acumulación de grasa en el cuello se asocia con mayor adiposidad general y central provocando un mayor riesgo cardiometabólico y mayor estado inflamatorio entre adultos jóvenes sanos, sin tomar en cuenta la cantidad de grasa total y visceral. 

En futuros estudios se determinaría el efecto de la acumulación de grasa en la parte superior del tronco y las repercusiones en la salud de los pacientes, particularmente en el riesgo cardiometabólico.

Arias Téllez y Francisco Miguel Acosta Manzano autores del estudio aseguraron: “Aún tenemos mucho trabajo por hacer. Necesitamos investigar con mayor profundidad el tejido adiposo del cuello, para comprender su papel patogénico en la obesidad y las comorbilidades asociadas, así como su importancia biológica. A medida que aumentemos nuestro conocimiento de este depósito, también podremos determinar si intervenciones específicas (por ejemplo, ejercicio físico y/o ingesta restringida de calorías) podrían ayudar a reducir la acumulación de grasa en el cuello (así como la grasa total) y aplicarlas clínicamente”.

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