SE DA LO DESEABLE CONTRA EL HAMBRE Y POR LA PAZ

Por: Gustavo Castro Caycedo

La actitud de Álvaro Uribe ante la propuesta de diálogo nacional es un buen síntoma y ejemplo para quienes siguen empeñados en el irreflexivo y apasionado enfrentamiento que tanto daña a Colombia.

Es impostergable enfrentar el hambre que afecta a Colombia, porque con hambre y sin justicia social no puede haber paz.

Escribo consciente del riesgo de que alguien me matricule de “castrochavista”, cuando en realidad soy simplemente un demócrata sensible ante el infortunio  de millones de madres, niños, ancianos y familias que sufren graves penurias en silencio, mientras el gobierno sigue despilfarrando irresponsablemente miles de millones de pesos, (inútilmente), en fatua propaganda de radio y televisión, y en una cantidad de gastos superfluos e injustificables no obstante la trágica realidad de niños que mueren por desnutrición y de hogares sumidos en la desventura y la adversidad, incluyendo la violencia que desangra al país.

No se trata de “un favor” ni de “un regalo” del gobierno a los compatriotas en desgracia, sino de que cumpla con la más alta obligación a que lo obliga la Constitución Nacional: dar respuestas sociales oportunas y suficientes, con lo cual los presidentes se comprometen desde cuando se posesionan.

Hoy encuentro que Petro tiene una propuesta justa y viable para mitigar la hambruna; que los grandes millonarios paguen los impuestos justos que han eludido persistentemente; no los van a confiscar.

No se entiende ni tiene lógica que mientras millones de colombianos sufren atenidos a su miseria, algunas entidades financieras estén reportando las mayores utilidades de la historia y en cambio de pagar los impuestos que les correspondería, reciban además del gobierno prebendas billonarias en exenciones, deducciones e insólitos estímulos económicos.

Por lo demás creo que ni usted ni yo pertenecemos al “selecto” grupo de esos privilegiados a quienes se les pide construir patria con justicia social.

Bienvenido el diálogo contra el hambre y por la paz que está abriéndose paso con el Acuerdo Nacional y que parecería aceptar hasta el ex-presidente Álvaro Uribe.

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