Por Daniel Eduardo Jiménez Zambrano | 01/04/2021.
La deforestación es significativamente más baja en territorios donde habitan pueblos indígenas de Latinoamérica y Caribe, por esta razón resulta imperativo garantizar el derecho al territorio para las comunidades ancestrales.
Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que las tierras reconocidas por los gobiernos como zonas sujetas a derechos de los colectivos territoriales, son las más preservadas frente a otros territorios donde no habitan pueblos indígenas.
El informe expone que en la región de la cuenca del Amazonas “los territorios indígenas perdieron menos del 0.3% del carbono en sus bosques entre 2003 y 2016, mientras que las áreas protegidas no indígenas perdieron 0.6%, y otras zonas que no eran territorios indígenas ni áreas protegidas perdieron 3.6% durante el mismo periodo. El total de emisiones brutas de carbono de la región proveniente de los territorios indígenas alcanzó apenas el 2,6% pese a que esos pueblos cubren sólo el 28% de la cuenca amazónica”.
FAO advierte que en algunos países de la región, las comunidades sufren atropellos constantes por parte de las industrias y los mismos gobiernos, los cuales buscan el redito monetario con la explotación de los recursos naturales, yendo en contravía de las políticas de mitigación contra el cambio climático ya que estos territorios son importantes para “la estabilidad del clima mundial y regional, así como para preservar la diversidad biológica y cultural global”, señala.
El organismo especializado de la ONU, hace hincapié en la responsabilidad de los gobiernos de turno por garantizar el derecho al territorio de los pueblos indígenas, así como definir políticas con “enfoque integral” que prioricen la preservación de los ecosistemas, el derecho de las comunidades sobre sus territorios velando por la no vulneración de sus culturas y tradiciones.