Nuevas inversiones para nuevos financieros: El mercado de capitales se expande

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Por Tatiana Fandiño | 11/04/2021.
Aunque activos financieros convencionales pasan ahora por su mejor momento, en plena crisis económica, las inversiones menos imaginadas son ahora el terreno de caza preferido para los apostadores que se quedan en casa: artículos de lujo, prendas de vestir, obras de arte y cartas de juego. En su momento, activos como estos eran propiedad exclusiva de los súper ricos, o simplemente de los excéntricos, pero estas inusuales inversiones ahora están al alcance de todos, gracias, en parte, a la pandemia. Al principio, la cuestión está resumida en inversiones en las bolsas de valores comprando o vendiendo activos financieros convencionales; ahora apareció gente joven con ideas nuevas y crearon plataformas que permiten invertir desde montos modestos, creando un mercado de derivados muy grande donde es posible ganar mucho dinero en poco tiempo.

Los bonos o acciones no alcanzan tanta valorización en poco tiempo, mientras que estos artículos cada año tienen un aumento en miles de dólares. Como ejemplo están las tarjetas de coleccionista basadas en el exitoso videojuego de Nintendo de la década de 1990, Pokémon, las cuales dispararon su valor el año pasado. La primera edición del personaje Charizard se ha disparado un 800% en un año, luego de que la estrella de YouTube, Logan Paul, pagara 150.000 dólares por uno de sus ejemplares en octubre de 2020. Las subastas recientes han valorado la tarjeta en 300.000 dólares. El aficionado a Pokémon, Zack Browning, quien compró cuatro de las tarjetas en 2016 por menos de 5.000 dólares cada una, estima que su colección general ahora vale entre 3 y 5 millones de dólares.

Si hace un año transar activos no tradicionales era desconocido para una buena parte de la población, durante la pandemia del Covid-19 llegaron nuevas opciones que en ese entonces eran probablemente inimaginables. El primer trino posteado en Twitter fue publicado el 21 de marzo de 2006, alcanzó un valor de 2,9 millones de dólares cuando fue subastado a mediados de marzo, con ocasión de los 15 años de Twitter. Por los mismos días, un artista conocido como Beeple se hizo instantáneamente famoso cuando vendió su obra digital por casi 70 millones de dólares.

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