“No te Vacunes”: ¿Ignorancia, miedo o ambas?

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Por Josette Diaz | 01/04/2021.
A pesar que la Organización Mundial de la Salud a través de sus portales oficiales de información ha compartido datos importantes acerca de la seguridad en el uso de las vacunas contra la COVID-19, grupos de activistas conocidos como los “Anti-Vaxxers” continúan alertando a los pueblos del mundo ante los supuestos riesgos de recibir vacunas, sea contra la COVID, otros virus, infecciones o contra cualquier enfermedad endémica.

Se pensaría que estos grupos han surgido en medio de la pandemia actual, pero lo cierto es que los “Anti-Vaxxers” existen desde hace más de 150 años, solo que ahora volvieron a la carga, alegando las mismas supuestas razones; todas fundamentadas para muchos en la ignorancia y el miedo de quienes deciden por cuenta propia negarse a recibir las vacunas, por temor a enfermarse gravemente e incluso argumentando los derechos individuales y la potestad sobre sus cuerpos.

La web ourworldindata.org ofrece gráficos actualizados de cómo va el proceso de vacunación contra la COVID-19 en diferentes países del mundo, representados proporcionalmente con el número total de dosis aplicadas por cada 100 habitantes, en un esfuerzo por inmunizar a la mayor cantidad de personas posibles, con la prioridad de los grupos más vulnerables.

A la par de ello, estos grupos “Anti-Vaxxers” promueven la vida natural y orgánica, nada de químicos ni productos artificiales, lo cual hasta allí podría ser simpático para muchos. Pero qué pasa cuando esto incluye el uso de las vacunas. Está seguro que una decisión que considera personal como esa no afecta al colectivo o que negarse a recibir la vacuna contra la COVID 19 no atenta contra los derechos de quienes sí desean recibirla, apegados a los resultados científicos de los protocolos para frenar el avance de la pandemia?

El hecho es que el mundo no estaba preparado, no solo para este virus desconocido, sino tampoco existía un marco legal que hoy no impida  a los gobiernos del mundo, regularizar las políticas que en materia de salud permitan avanzar hacia la erradicación de la COVID-19 y sus mutaciones, así como en su momento lo intentó con la viruela o el sarampión.

A través de la historia, los movimientos anti- científicos, que promueven la tecno o la quimiofobia, que alardean acerca de la desconfianza hacia las instituciones y que incluso han creado cientos de teorías conspirativas acerca de la creación del universo, la humanidad, los avances tecnológicos o incluso frente a la discusión de si la tierra es plana, pareciera que solo se queda en palabras o largos discursos. Pero el hecho, es que el tema es mucho  más complejo y va muy lejos de solo la ignorancia.

En la revista de la Universidad Industrial de Santander, Fernández-Niño JA, Baquero H. El movimiento anti-vacunas y la anti-ciencia como amenaza para la Salud Pública en el año 2019, se refirió en su artículo a este interesante tema, proféticamente, antes de que estallara la pandemia del Covid-19. ¿Qué hacer ante la negativa de estos grupos de aceptar argumentos basados en la lógica y en los hechos? ¿Es posible debatir en cuanto a la necesidad de preservar la vida humana o debería ser un punto en el que todos deberíamos coincidir?

No es posible responder todas la interrogantes en un tema tan complejo, sin embargo, lo que sí podemos hacer es seguir nutriéndose de conocimiento y buscando fuentes confiables. Eso nos permitirá decidir con criterio, para no solo convertirnos en repetidores sin sentido. Lo peor que podemos hacer es no hacer nada.

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