Los bosques de neblina son la sexta reserva de la biosfera en Perú

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Lima, 28 oct (EFE).- Los bosques de neblina de la selva central de Perú son desde este miércoles la sexta reserva de la biosfera dentro del territorio peruano, donde ya hay más de nueve millones de hectáreas declaradas bajo esta categoría para preservar distintos ecosistemas.

El anuncio se realizó este miércoles durante el Consejo Internacional de Coordinación (CIC) del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la Unesco, en el que Perú ocupa la vicepresidencia de la región de América Latina y el Caribe.

La reserva Bosques de Neblina – Selva Central tiene una extensión de más de 812.000 hectáreas y abarca hasta 14 municipios de las provincias de Chanchamayo, Concepción, Jauja, Junín, Tarma y Satipo, de la región Junín, detalló el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) en un comunicado.

Al encontrarse en la vertiente oriental de los Andes, representa la transición de la cordillera andina a la selva baja, un espacio denominado como Amazonía Andina, que presenta una biodiversidad y ecosistemas únicos.

 

NATURALEZA HABITADA POR INDÍGENAS

Su núcleo, la zona de mayor importancia de conservación por biodiversidad y ecosistemas, está compuesta por el Santuario Nacional Pampa Hermosa y el Bosque de Protección Pui Pui, áreas naturales protegidas que conservan una muestra única de los bosques montanos tropicales remanentes en la selva central.

El área alberga varias poblaciones indígenas, incluidas los quechuas y asháninkas, quienes viven de la agricultura, silvicultura, ganadería y pesca en un paisaje de gran riqueza natural, que constituye un gran destino turístico por su cercanía con la capital Lima, a unos 250 kilómetros por carretera.

Su ubicación favorece además el desarrollo y comercio de productos agrícolas de gran potencial económico como la papa, que en esta zona registra 400 variedades, y el café.

Antes de la incorporación de la reserva Bosques de Neblina – Selva Central, la Red Nacional de Reservas de Biosfera del Perú tenía otros cinco espacios declarados bajo esta categoría.

 

UNA RED DE VARIOPINTOS ECOSISTEMAS

Los anteriores eran el Huascarán (1977), donde se encuentra la montaña más alta de Perú del mismo nombre (6.768 metros de altitud) en la cordillera con el sistema más alto y extenso del mundo de glaciares tropicales.

También es reserva de la biosfera desde 1977 el Parque Nacional del Manu, entre las regiones sureñas de Cusco y Madre de Dios, un territorio que comprende desde frígidas punas que sobrepasan los 4.000 metros sobre el nivel del mar a agrestes montañas boscosas que originan multitud de valles y ríos que llevan al llano amazónico.

Cerca de la reserva Bosques de Neblina – Selva Central ya estaba desde 2010 la reserva Oxapampa-Asháninka-Yánesha (2010), con una notable presencia de culturas indígenas, cultivos sostenibles y áreas naturales protegidas en la vertiente oriental de los Andes, como la reserva comunal de los indígenas yáneshas.

La reserva de la biosfera Noreste (2016) abarca, entre otras áreas naturales protegidas, el Parque Nacional Cerros de Amotape y la Reserva Nacional de Tumbes, con una muestra del bosque seco ecuatorial que solo se encuentra en el sur de Ecuador y el norte de Perú.

También en 2016 fue declarada la reserva Gran Pajatén, la primera de Suramérica en contar con un sitio de Patrimonio Mundial Mixto (natural y cultural) al tener el Parque Nacional del Río Abiseo y las ruinas del Gran Pajatén, la mayor manifestación de los chachapoyas, civilización que dominó el norte de los Andes peruanos antes que los incas. EFE
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