
Nacera Ouabou, Argel, 15 ago (EFE).- Miles de argelinos retomaron hoy sus costumbres veraniegas y llenaron terrazas, playas y mezquitas en el primer día de alivio de las medidas de prevención contra la pandemia del coronavirus.
Pese a que la curva de contagios sigue al alza, con una media de unos 500 nuevos casos diarios, más de 38.000 infectados y en 1.360 decesos desde que comenzaron las estadísticas, las autoridades cumplieron este sábado con lo anunciado y abrieron el paso al ocio y al rezo en las mezquitas con una capacidad de más de mil fieles.
Unos con la nevera, la sombrilla en la mano y una bolsa de comida buscaron alivio a la ola de calor en las playas que rodean la capital, en especial en la de «Kitani», en el barrio popular de Bab al Oued.
«Es una buena iniciativa, que llegó, pero más vale tarde que nunca», explicó a Efe Ahmed Akchich, un ciudadano que aprovechó el último día del fin de semana argelino para bañarse con sus cuatro entusiasmados hijos.
«Espero que la gente respete los protocolos para que las autoridades no vuelvan a cerrar las playas, ya que los niños han sufrido durante el periodo de confinamiento y estar dos meses del verano sin playa», dijo Akchich, con mascarilla, al igual que sus hijos, como exigen las medidas adoptadas por el gobierno argelino.
El domingo pasado, la Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN) anunció que la Policía Nacional se encargaría este verano, por primera vez, de vigilar a caballo playas y lugares de ocio para velar por la seguridad de los veraneantes y velar por el cumplimiento de las medidas sanitarias: del uso de mascarillas y las instrucciones de distanciamiento.
Una distancia social difícil de respetar hoy en la playa de Sidi Fredj, en el extrarradio oeste de la capital, una de las más frecuentada por los bañistas y a la que apenas se pudo acceder ante una larga fila de automovilistas que atascó la entrada.
ROSTROS SONRIENTES EN LAS MEZQUITAS
Los más piadosos se sintieron este sábado también muy afortunados al poder acceder a las grandes mezquitas, limpiadas y desinfectadas por grupos de voluntarios.
Como en el templo de Al Ouartilani, en el barrio capitalino de Telemly, donde grupos de jóvenes se movilizaron en los últimos días para retirar las grandes alfombras y reemplazarlas por otras individuales respetando la distancia de un metro y medio entre cada uno.
Con su propia alfombra se presentó Mohamed, un joven de 40 años que mientras sonaba la llamada del «Adán» (la oración), se desinfectaba las manos con los dispensadores de geles colocadas en cada puerta de la mezquita.
«Qué alivio, con el confinamiento hemos olvidado el camino hacia la mezquita pero ahora gracias a Dios la vida regresa poco a poco a la normalidad. Muy contento de hacer la oración de nuevo en la mezquita», explicó a Efe.
Como novedad también, bolsas especiales para dejar los zapatos, repartidas igualmente por voluntarios en mezquitas como la de Redouane Amri, donde la imagen era la de los devotos con la mascarilla.
«Gracias a Dios por esta agradable noticia la de la reapertura de las mezquitas tras un periodo de cinco meses que causó entre los fieles una enorme tristeza. En particular, entre los mayores que han llegado a llorar en la entrada», explicó a Efe su Iman.
«Agradezco a las autoridades por esta decisión y pido a los fieles que apliquen las medidas de prevención necesarias para evitar contaminación», agregó.
La norma no se aplica todavía, sin embargo, a la oración comunitaria de los viernes, la que más fieles atrae, prohíbe el uso de los aires acondicionados e impide la entrada a los templos de las mujeres, personas vulnerables y menores de 15 años.
Semanas atrás, tras el primer alivio de las medidas de confinamiento, las autoridades argelinas achacaron el nuevo ascenso de los contagios a la desidia de los ciudadanos al aplicar las medidas de prevención, en especial el uso de las mascarillas y el no distanciamiento social, precedente que ahora preocupa a los científicos ante el nuevo relajamiento. EFE
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