Los abejorros más grandes saben “fichar” a las mejores flores

Imagen de Les Whalley en Pixabay

 

Madrid, 28 dic (EFE).- Los grandes abejorros se toman su tiempo para aprender la ubicación de las mejores flores y son, por tanto, selectivos a la hora de posarse en ellas, según un estudio que lideran investigadores de la Universidad de Exeter (Gran Bretaña).

Sin embargo, los abejorros que son más pequeños, con un alcance de vuelo más corto y una menor capacidad de carga, no prestan especial atención a aquellas flores con el néctar más rico.

Estas son algunas de las conclusiones de un trabajo que publica la revista Current Biology, en el que los científicos de la Universidad de Exeter, junto a un grupo de investigadores de la Universidad de Sussex, examinaron los “vuelos de aprendizaje” que la mayoría de estos insectos realizan después de dejar las flores.

Y es que se sabe, según un comunicado de la Universidad de Exeter, que las abejas realizan estos vuelos; el estudio que ahora se publica muestra que los abejorros hacen lo mismo, mirando repetidamente hacia atrás para memorizar la ubicación de una flor.

“Puede que no sea muy conocido que los insectos polinizadores aprenden y desarrollan preferencias individuales en cuanto a las flores”, apunta Natalie Hempel de Ibarra, del Centro de Investigación del Comportamiento Animal de Exeter, para quien, en realidad, los abejorros son selectivos: “Al dejar una flor, pueden decidir activamente cuánto esfuerzo dedicar en recordar su ubicación”.

Para esta investigadora, “el sorprendente hallazgo” de esta investigación es, precisamente, que el tamaño de estos insectos determina la toma de decisiones y el comportamiento de aprendizaje.

En los experimentos puestos en marcha por los científicos, los abejorros cautivos visitaron flores artificiales que contenían una solución de sacarosa (azúcar) de concentraciones variables.

Cuanto más grande era el animal, más variaba su comportamiento de aprendizaje dependiendo de la riqueza de la solución de sacarosa.

Así, los abejorros más pequeños invirtieron el mismo esfuerzo en aprender la ubicación de las distintas flores artificiales con independencia de si su concentración de sacarosa era alta o baja.

“Las diferencias que encontramos reflejan los distintos papeles de estos insectos en sus colonias”, concluye Hempel de Ibarra.

En este sentido, la investigadora explica que los abejorros grandes pueden llevar mayores cargas y explorar más lejos del nido que los pequeños. Sin embargo, estos últimos tienen un menor rango de vuelo y capacidad de carga, lo que les impide ser tan selectivos.

Esto les obliga a aceptar un rango de flores más amplio, aunque los abejorros pequeños tienden a involucrarse más en las tareas dentro del nido y solo salen a buscar comida si los suministros de alimentos en la colonia se están agotando, según este trabajo. EFE
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