Roma, 2 ago (EFE).- La grandes ciudades turísticas italianas -Roma, Florencia, Milán, Turín y Venecia- perderán este año debido a la pandemia 34 millones de visitantes, lo que supone cerca de 7.600 millones de euros menos de ingresos, según un estudio realizado por la asociación de comerciantes Confersercenti.
De esos casi 7.600 millones de euros que se perderán por la falta de turistas, 4.900 millones corresponderán a las pérdidas del sector del alojamiento, restaurantes, negocios y servicios, detalló Confersercenti, que representa a cerca 360.000 pequeñas y medianas empresas italianas.
Según la asociación, se trata de estimaciones conservadoras, pero que podrían resultar incluso optimistas en ausencia de la recuperación del flujo de viajeros para fin de año.
El informe señala que entre estas cinco grandes ciudades, que concentran un tercio de las entradas del turismo en el país, la peor situación es la que atraviesa Venecia, uno de los destinos más buscados a nivel mundial, pero que espera una disminución de 13,2 millones de turistas, con un total de 3.000 millones de euros de pérdidas.
Le sigue Roma, donde las previsiones son de 9,9 millones menos de turistas y de 2.300 millones de euros menos de ingresos, y en tercer lugar Florencia, donde se esperan 5 millones menos de turistas y 1.200 millones de pérdidas.
La caída de los turistas extranjeros no podrá ser compensada por el turismo nacional, ya que los italianos prefieren las localidades costeras.
Además, a esta tendencia debe sumarse una alta proporción de trabajadores que aún trabajan en casa, pues se ha calculado que la ausencia de los empleados en los lugares de trabajo está causando la pérdida de alrededor de 250 millones de euros mensuales en gastos de alojamiento y restauración.
Hasta final de año, el efecto del teletrabajo hará que se pierdan 1.760 millones de euros en estas cinco ciudades.
“El turismo está pagando un precio muy alto por la emergencia provocada por la COVID. Un duro golpe que se siente especialmente en las grandes ciudades turísticas, donde además la extensión del teletrabajo amenaza con hacer estallar los sistemas comerciales locales”, explica Patrizia De Luise, presidenta nacional de Confersercenti.
“Es una situación de gravedad excepcional, que requiere medidas extraordinarias”, concluyó De Luise.
Confersercenti pidió al Gobierno que cree zonas francas en los centros históricos de los municipios de interés cultural con un alto flujo turístico, que son los más afectados por la larga crisis provocada por la emergencia de la pandemia y ayude a las empresas que operan en estas áreas para compensar las contribuciones fiscales y de seguridad social.
“De esta manera daríamos algo de oxígeno a los negocios de hostelería, servicios turísticos, comercios y restaurantes y bares que se están asfixiando. Sin ayudas, miles de pymes corren el riesgo de quebrar”, añadió.
Italia permite la entrada de turistas de la Unión Europea aunque ha prorrogado la obligatoriedad de guardar dos semanas de cuarentena preventiva para evitar contagios para los ciudadanos de Bulgaria y Rumanía.
Además, ha sacado a Argelia de la lista de países fuera de la Unión Europea que pueden acceder a Italia sin justificar motivos de urgencia, aunque deberán guardar cuarentena preventiva de dos semanas, como ha impuesto para todos los países de fuera del espacio Schengen.
Italia ha ampliado el estado de emergencia hasta el próximo 15 de octubre para poder seguir aplicando medidas de contención del virus. EFE
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