La vida de Pedro Gómez Barrero, quien resurgió como el ave Fénix

La vida de Pedro Gómez Barrero, quien resurgió como el ave Fénix

Del libro, “Su segunda oportunidad”, de Gustavo Castro Caycedo

Pedro Gómez Barrero
Pedro Gómez Barrero

El ave Fénix es una criatura mitológica griega a la que atribuían una larga vida y la capacidad fantástica de resurgir de sus propias cenizas. Pedro Gómez Barrero, para la opinión pública colombiana es “un gran empresario”, pero pocas personas conocen su verdadera dimensión y su inmenso drama humano que lo llevó a forjar   su segunda oportunidad resurgiendo como esa alegórica ave griega.

La suya es una de las vidas de tenacidad y superación más sobresalientes en el país, porque, después de haber forjado a pulso la constructora más importante de Colombia, y de llegar a la cima del éxito, debido a la crisis económica de los años noventa, quedó al borde de la ruina. Pero logró recuperarse de su desdicha, luchando y superando esa dramática experiencia, ganó y aprovechó, su segunda oportunidad.

Por fortuna para él, lo que quedó intacto fue su talento visionario y el patrimonio de su credibilidad, que siempre estuvo blindada por sus principios, hasta el punto de que por ellos se ganó el título de Don, (Don Pedro), que pocos personajes ostentan, y que la gente pronuncia con familiaridad y respeto.

En estas páginas se consigna cómo con coraje y tesón su empresa, Pedro Gómez & Compañía, sigue construyendo con éxito, Multicentros, grandes conjuntos de vivienda y centros comerciales. El está casado con la arquitecta huilense, Piedad Gómez Vargas, a quien reconoce, como: “una gran diseñadora, y mi mano derecha”, con quien tiene una hija: María”.

No en vano, él dice: “La vida me enseñó que es posible hacer cosas importantes partiendo de cero; si uno tiene algo de experiencia, puede vencer el temor de enfrentar grandes retos y da pasos trascendentales. Yo siempre tuve en mente hacer cosas grandes”.

Sin que tuviera profundos conocimientos de arquitectura o ingeniería, Don Pedro, inició su carrera de constructor independiente en 1968, edificando 13 casas, al sur de Bogotá, al tiempo que fundaba su empresa: Pedro Gómez & Compañía.

Pedro Gómez ha edificado más de cuatro millones de metros cuadrados, y ha sido un líder con sincero sentido social, que lo ha destacado entre los más altos dirigentes empresariales colombianos, como un hombre humanitario y buen ciudadano. El también se ha caracterizado por ser un tesonero trabajador por la paz, situándose en el plano de la justicia social, pero además, como partícipe activo de encuentros y diálogos con los violentos. En efecto, en 1999 formó parte del equipo negociador con la guerrilla que culminó con diálogos en Suecia, Noruega y Suiza, países colaboradores pare la búsqueda de la paz.

Poco a poco se fue consolidando como líder del urbanismo, aportando con su obra  al progreso, al crecimiento económico y al desarrollo de muchas ciudades colombianas, lo cual le ha sido reconocido públicamente: La Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, le otorgó el Premio Gonzalo Jiménez de Quesada; y Asocreto, el Premió a su Vida y Obra, en 2004; fue seleccionado como: El Empresario Más Destacado de la Construcción en Colombia, a través  de una encuesta del periódico, El Tiempo, entre cien presidentes y vicepresidentes de destacadas empresas de todos los sectores económicos del país. El más reciente galardón, (entre muchos que le han otorgado), fue, el: Premio Portafolio, Vida y Obra Empresarial 2013. 

Pedro Gómez, es un constructor fuera de serie, reconocido como el creador de los grandes centros comerciales; revolucionó el concepto de los grandes complejos habitacionales. Pero su prestigio, además, es el de un líder de la educación, la creación de empleo y el emprendimiento.

Hace 18 años se generó la gran crisis económica en Colombia, el Banco de la República subió las tasas de interés para vivienda y el sector de la construcción cayó vertiginosamente. Entonces, Gómez Barrero quedó prácticamente en cero. Vio esfumarse su patrimonio. Según sus propias palabras: “Perdí lo logrado en 30 años de trabajo; la crisis extinguió mi patrimonio”.

“Fue una situación dolorosa y compleja. Durante un buen tiempo hubo pequeñas crisis dado que transitoriamente se desaceleraba la economía, pero se recuperaba fácilmente. El Banco de la República y Planeación Nacional daban unas pautas claras a las que nos acomodamos, pues allí era donde sabían”. Dijeron que la crisis de 19997 no era grave, que era una nueva desaceleración pasajera. Seguimos construyendo y tomando créditos cortos, y cuando captamos la verdadera realidad, estábamos frente a una recesión de fondo” .

Pedro Gómez Barrero

De 3.000 obreros y 700 funcionaros, se redujo a siete

De 700 empleados que tenía Pedro Gómez & Compañía, (entre los que había profesionales en diferentes áreas), y 3000 mil obreros, su compañía quedó reducida a siete personas, incluyéndolo a él. La desintegración de su equipo humano fue su mayor pérdida en la crisis, pues le fue imposible recuperarlo. Desde cuando fundó su empresa, había vinculado a ella a profesionales que tras una destacada capacitación, integraron un equipo eficiente y altamente exitoso. 

Luego de haber escalado la cúspide de la construcción, consolidándose como el gran constructor de Colombia, padre de los grandes centros comerciales; su grupo prácticamente desapareció, pero él, armado de coraje, talento y   tenacidad, logró “revivir”, tras aplicar a su vida el nombre de una fundación social que lideró en el pasado.

Luego de su propia crisis, a partir de 1996, Pedro Gómez demostró que en realidad era un hombre responsable, de palabra y de principios, al que su credibilidad y su honorabilidad le importaban más que nada. Por eso cumplió hasta el último de sus compromisos económicos, y para ello decidió entregar, a precios inferiores a su verdadero valor, (por la emergencia), su patrimonio; todo lo que le pertenecía: El Hotel Santa Teresa, de Cartagena y sus excelentes oficinas en el Centro Andino, en Bogotá.

Una de las mayores tristezas vividas por Pedro Gómez Barrero durante la época de su infortunado desastre financiero, fue: “haber entregado mi finca que tanto quería. Eso marcó uno de los momentos que más dolor me causó; pero no había nada distinto que cumplir responsablemente con las deudas que tenía mi empresa”. La magnífica finca tenía 240 hectáreas y estaba situada en Cucunubá, patria chica de Pedro Gómez Barrero, donde nació también el mítico líder político liberal, Jorge Eliecer Gaitán. Dicha población está ubicada en el fértil valle de la Provincia de Ubaté, situado 98 kilómetros al norte de Bogotá. Es una de las zonas más fértiles y con mejores pastos de Colombia, y a la vez, tierra de sus ancestros.

Don Pedro también pagó parte de sus deudas con su avión particular, y con varios activos en dación de pago, así como con dos valiosos cuadros pintados por el Maestro Fernando Botero; con la Posada de Don Pedro, un hotel que montó en una bella casona colonial, al frente a la iglesia del Divino Salvador, en la plaza principal de su municipio. En resumen, entregó todo lo que tenía, pero le quedó la satisfacción de haberle cumplido a todo el mundo.

La profunda crisis económica, financiera colombiana de los años noventa, (entre 1997 y 2001), tuvo como foco central el mercado hipotecario. Los ingresos de los colombianos y los precios de los bienes raíces, cayeron estruendosamente, afectando profundamente la construcción y el sistema Upac. Los primeros síntomas se detectaron en 1997 precipitando la liquidación de varias entidades financieras. La peor parte afectó a quienes tenían deudas en Upac, luego de sus 27 años de existencia.

En otras palabras, el alza incontenible de las tasas de interés disparó las obligaciones de los deudores del Upac, e infinidad de ellos, perdieron sus casas, apartamentos, locales, oficinas, e inmuebles en general. Fue decretada la emergencia económica, y en diciembre de 1999, fue expedida la Ley 536, ley de vivienda, para regir el sector hipotecario, y se adoptó el impuesto a las transacciones financieras.

La debacle financiera, los problemas de inseguridad la inestabilidad política, causaron la más profunda recesión económica del siglo XX en Colombia, elevándose la tasa de desempleo a más del 20 por ciento.

Don Pedro, explica: “Por esos terribles días, la demanda de vivienda disminuyó dramáticamente y lo grave es que nosotros teníamos muchas oficinas, casas y apartamentos que, por la gravedad de la situación económica, no pudimos vender”.

Según los analistas, las causas de la crisis se originaron cuando la Superintendencia Bancaria intervino 24 de las 104 entidades de crédito que operaban en Colombia. Entonces se desató una ola de desconfianza en las instituciones financieras, y además, el impacto fiscal de la crisis económica, que Pedro Gómez Barrero sufrió en carne propia, y que lo llevó al derrumbe de su empresa. Pero, de esa catástrofe financiera, el partió a construir su segunda oportunidad, sobre lo cual dice él: No me rendí ni me di por derrotado porque yo no me dedico solo a un trabajo. Una de las dedicaciones que me da más satisfacciones, por ejemplo, es la Fundación Compartir”.

Esta otra pasión suya, fue fundada en 1979, a raíz de las inundaciones de Patio Bonito. Pero él también destina tiempo al Premio Compartir al Maestro, que instituyó en 1998. Su argumento es que lo creó: “Para reconocer la disciplina y el buen comportamiento de los maestros porque ellos son un eje vital de la sociedad y por ello hay que hacerles reconocimiento social”.

Para Gómez Barrero: “Fue una crisis larga y profunda de la que aprendimos a no emprender grandes proyectos sin tener vendido un porcentaje alto de ellos. Los constructores nos equivocamos, ya que estábamos vendiendo para construir, cuando lo que debíamos estar haciendo era construir para vender y teníamos un crédito demasiado ajustado a las necesidades”.

Pedro Gómez Barrero

El Multicentro de Panamá y su segunda oportunidad

Es necesario reiterar que luego de quedar en la bancarrota, Pedro Gómez Barrero “resurgió de sus cenizas” como el Ave Fénix, gracias a su fuerza interior y a su coraje. Logró salir de la dramática situación que lo llevó hasta el borde de la ruina, superó la crisis y reconstruyó su compañía, volviendo al éxito, con base en su persistencia y dedicación, que lo condujeron también a reconstruir su equipo humano profesional, que fue fundamental para salir adelante.

Y entonces, llegó su segunda oportunidad, llevando de la mano la resurrección de Pedro Gómez & Compañía, empresa exportadora de técnica para grandes obras, liderada por un empresario reputado internacionalmente por el diseño y los acabados de sus obras desde cuando se inició como constructor, lo cual ratificó al triunfar con su primer Unicentro, en Bogotá, como con todos los demás, lo mismo que con sus Multicentros, conjuntos de vivienda, edificaciones y obras que tienen su toque personal.

La historia de la mega obra construida en Panamá, que marcó el inicio de la recuperación de Pedro Gómez Barrero, en abril del año 2.000, él la refiere, así: “Yo había hecho reiterados esfuerzos para recuperarme, sin rendirme, y en ese mes me visitó en Bogotá un empresario colombiano de nombre Jacobo Torres, radicado en Panamá, a quien no conocía. Me expresó que lo habían Impresionado el Centro Andino y Unicentro. Me contó que tenía un terreno allá, que había investigado sobre todos los centros comerciales de Bogotá y que le habían informado que yo era el constructor.

“Luego, me planteó su idea e interés de que yo construyera un gran centro comercial en Panamá, mucho más grande que Unicentro. Luego de escucharlo quedamos de volver a hablar. Entretanto, nosotros adelantamos el estudio del sitio y la normatividad de Panamá en materia de construcciones, teniendo en cuentan la magnitud del proyecto y entonces decidí aceptar la, ese gran reto, me la jugué completa. Tenía como aval profesional básico, los centros comerciales tipo mall, que desarrollamos, y los Multicentros, o centros urbanos integrados, con: vivienda, comercio y esparcimiento, y eso lo replicamos a Panamá.

Se trata del más ambicioso complejo residencial-hotelero de Latinoamérica, con 200.000 metros cuadrados de construcción, situado entre Punta Paitilla y Marbella. Consta de un bulevar de doble vía que lo atraviesa, un hotel, un edificio de oficinas, un centro de convenciones, dos condominios, 3.000 parqueaderos cubiertos y un edificio de 11 niveles. Además, un gran almacén por departamentos y 260 almacenes más; cafés; una terraza de la cultura, bajo una carpa al aire libre; un gran casino, salas de cine, y una plaza de comidas con capacidad para 1.600 personas que tienen vista a la bahía de Panamá.

Allí, están hoy los mejores restaurantes de la ciudad; el sector constituye un centro de negocios entre los cuales está el World Trade Center, al que confluyen las clínicas especializadas de la ciudad. Allí viven familias con un alto nivel de vida. Su fachada fue hecha con piedra llevada de Bogotá; los jardines y puentes con piedra de Medellín; y las barandas de los balcones fueron construidas en Barranquilla. El Multicentro de Panamá es la tercera construcción más grande e importante de ese país, luego del Canal y del Puente de la Américas.

Ante 600 invitados entre los que se contaban los miembros del Cuerpo Diplomático, ministros, legisladores, políticos y muchas personalidades más, la presidente Mireya Moscoso, lo presentó y lanzó, en Julio de 2002, anunciando su construcción, y expresando: “Se trata de la edificación más grande emprendida en el país y en Centroamérica, y una de las mayores superficies comerciales de lujo del mundo. La República de Panamá quiere reconocer el trabajo profesional de Pedro Gómez & Cía. y del Grupo El Hayek, por este proyecto de progreso y de bienestar de colombianos y panameños”. Posteriormente, en noviembre de 2003, la Presidenta Moscoso inauguró la gigantesca obra.

Pedro Gómez, saltó de sus Unicentros al Multicentro de Panamá, país donde no se conocían los grandes centros comerciales. Este gigante generó cientos de empleos en su etapa de construcción y miles en su etapa de funcionamiento.

Don Pedro, anota: “Yo nunca me sentí derrotado, ni me rendí; lo de Panamá fue un gran estímulo en un momento fundamental pues generó mucha confianza, y además, estimuló mi ánimo en la lucha que adelantaba parar salir al otro lado. Me esforcé mucho pues se trataba de una obra muy ambiciosa y de un impacto muy positivo en la vida económica de los panameños.

Tras este descomunal logro, la cadena de éxitos no se hizo esperar, su segunda oportunidad, no fue una tarea fácil; la calificaron como: “un verdadero milagro, convertido en tal, gracias al talento y a las ganas de Pedro Gómez Barrero”. El, anota: “Ahí quedaba comprometido mi prestigio y el futuro de Pedro Gómez & Compañía”.

Afrontar exitosamente el gran reto del Multicentro de Panamá, le abrió más puertas en Colombia y en otras latitudes: él cuenta: “De San Juan de Puerto Rico nos llamaron a participar en un proyecto muy grande, y también de Costa Rica”.

Su empresa diseñó luego el Multicentro de Quito: quedaba claro que, al resurgir, simultáneamente Pedro Gómez Barrero saltaba a las ligas mayores de la construcción, a la fama internacional. Había esquivado la ruina y se consolidaba exportando técnica y experiencia valiosas, y valoradas en el exterior. Su constructora había revolucionado el concepto de los grandes complejos de vivienda, de los centros y Multicentros comerciales, y de manera sostenida, se había consolidado definitivamente en Colombia y otros países.

Don Pedro dice: “De la crisis fuimos saliendo a partir de 2002; oprimimos el acelerador, trabajamos muy duro y logramos construir los Multicentros de Quito e Ibagué; el Centro Palatino y Unicentro en Villavicencio y el de Occidente; el Centro Comercial Santafé, en Bogotá. Hubo llamado de Santo Domingo, y emprendimos nuevos conjuntos y centros comerciales”.

La actividad de Pedro Gómez & Compañía, fue realmente sorprendente adelantando grandes proyectos, sin descanso. Había vuelto a tomar un impulso ilimitado y a recuperar el tiempo que la crisis económica le había robado.

Para quienes no lo conocen bien, uno de los pazos sorprendentes, lo dio en el año 2009, cuando tomo la decisión de no ser más el gerente general de su empresa, para dedicarse casi de lleno a su Fundación Compartir, asunto que si entendemos quienes conocemos su alta sensibilidad social. En concordancia con ella, se dedicó a trabajar por los marginados; pero antes, seleccionó bien y nombró al ejecutivo que habría de reemplazarlo. Pero claro, el constructor y filántropo, que ha logrado cumplir todas las metas que se impuso, sigue como presidente de Pedro Gómez & Compañía, y de su junta directiva.

Pedro Gómez Barrero

Récord constructor sin precedentes

Si uno decidiera enumerar todas las obras exitosas que ha realizado Pedro Gómez Barrero, tendría que hacer un muy extenso inventario, pero vale la pena destacar por lo menos algunas de ellas. Su trayectoria la ha construido durante 45 años de permanente superación de retos y tiene un alto significado de seguridad en las inversiones de varios miles de propietarios, que han sido sus clientes.

La gama de obras de Pedro Gómez & Compañía ha sido destinada a estratos bajos, medios y altos. Ha desarrollado importantes proyectos de vivienda, comercio, centros educativos oficinas, hoteles y clínicas, en: Bogotá, Cali, Pereira, Medellín, Cartagena, Cúcuta, Armenia, Ibagué, Tunja y Pasto, entre otras ciudades, realizando aportes significativos a la conformación de las ciudades, con Multicentros, centros urbanos integrados, conjuntos cerrados y ciudades dentro de la ciudad, como: La Felicidad.

En el año 1974, se le había metió en la cabeza, la locura de construir el primer gran centro comercial del país, inspirado en los de las grandes capitales del mundo: Unicentro, un proyecto muy ambicioso y osado en ese entonces, pues en Colombia solo existían pequeños centros comerciales. Fue inaugurado en 1975 y con él, Pedro Gómez Barrero cristalizó un sueño, que algunos calificaron como: “una aventura descabellada”, asegurando: “Gómez se va a quebrar”. Pero él que ya había adelantado ambiciosos proyectos, y construido muchísimas unidades residenciales para distintos estratos sociales, sacó adelante su empeño: Desde entonces, Unicentro: el único lugar que lo tiene todo, ha sido el eslogan de esta gran obra de ingeniería que se ha extendido ya a muchas otras ciudades.

Algunos de sus proyectos, la gran mayoría en Bogotá, han sido: Escocia 1971; Calatrava 1975; Milenta 1974; El Recreo de los Frailes 1978; Entre Ríos 1981; El Narval 1975; Santacoloma 1980; Los Retiros de Emaús, 1975 a 1993; Antigua 1980; Multicentro Bogotá, 1983; Plenitud 1979; Balcón de Lindaraja 1999; Usatama 1980, y Metrópolis, en 1985.

Don Pedro, cuenta: “Construimos Usatama en el centro de Bogotá, con 1.300 apartamentos y Metrópolis, con casi 6.000 unidades habitacionales con amplios espacios”.

El también creó y construyó el complejo, La Floresta, en 1973, en Bogotá donde mezcló el diseño con los grandes espacios, muchas zonas verdes.

Sus proyectos de hoteles, han sido: La Fontana, Hotel Charleston, Casa Pestagua y Casa Medina, en Bogotá; el Hotel Charleston, en Cartagena; y La Posada de Don Pedro, en Cucunubá.

Otras de sus realizaciones importantes, han sido: Atabanza 1990: El Pinar Alto 1987; San Diego 1987; Metrópolis entre 1991 y 1998; Del Monte de 1991 a 1997; Icatá, 1998; Valle de la Ferreira 1992; La Pradera 1998; Bosques de San Jorge, (1998 a 2004); Altavista 2004; Miraflores 2003; Mikonos 2003; Tierra Buena 2005; Rosaleda 2006; Padua 2006; Balmoral y el Multicentro de Ibagué, en 2005. Por otra parte, la Clínica Teletón, en 1980; el Museo de los Niños, en 1986; La Riviera, 2012; El Jardín, 2012, y algunos más, como: el Colegio Andino Y Divercity, en Bogotá, para niños y adolescentes, concepto que se extendió de Colombia a Perú, al Jockey Plaza, de Lima; así como al Centro Comercial Santafé, de Medellín; y a Barranquilla.

Pedro Gómez Barrero, adelanta varios proyectos originales, como el de un club donde los empresarios de clase media, que son importantes, tendrán oportunidad de reunión y los servicios a que tienen acceso los grandes empresarios en sus clubes.

Igualmente, hoy su empresa está involucrada en una ciudad, una obra integral gigantesca, en el centro de Bogotá, ubicado entre las calles 13 y 35, y las avenidas Boyacá y que él describe: “Su nombre es: La felicidad, el más importante y original mega proyecto urbano del país, que será un pulmón para el centro de Bogotá, el cual, incluye: viviendas con servicios públicos, el edifico El refugio, de apartamentos. colegio, bibliotecas, parques, clínicas, guarderías, iglesia, un súper centro comercial, un Súper CADE, centro de salud, una ciclovía alrededor de toda la urbanización; un lago con animales y balsas para el esparcimiento de las personas; un centro empresarial, complejo de oficinas en la avenida Boyacá con calle 26. Es decir, todo lo que una comunidad necesita para vivir bien”.

Y agrega: “En La Felicidad el centro empresarial, que será un complejo de oficinas, ha sido denominado Ecocentro, y estará en la avenida Boyacá con calle 26. E hicimos un parque de más de 25 hectáreas. Esta gran obra de 108 hectáreas, la lanzamos cuando salíamos ya de la crisis. Es una solución integral, para varios estratos. Seis constructores trabajamos en este megaproyecto de 54 manzanas, que vendió 1.400 apartamentos en dos días, lo cual es un récord de ventas.

El parque central y los 250 mil metros cuadrados de zonas verdes de La Felicidad, que producirán oxígeno para 500 mil personas, son el mejor ejemplo de generación de empleo: 150.000 nuevos puestos de trabajo. Este proyecto beneficiará a 17.000 familias, de las cuales 2.800 tendrán vivienda de interés social, y las otras 14.200, serán hogares de estratos 4 y 5, para un total de 70.000 habitantes. En su centro comercial adjunto, aplicamos todo lo aprendido en nuestra actividad constructora que cumplió ya 45 años”.

Algunas de los proyectos más exitosos de Pedro Gómez & Compañía, que ha construido gran parte de Bogotá, corresponden a barrios, como: Calatrava, el Balcón de Lindaraja, el Recreo de Los Frailes, Antigua, Escocia el Centro Comercial La Cabrera. En cuanto a centros comerciales: Metrópolis, Centro Andino, Unicentro de Occidente y Palatino, en Bogotá. Multicentro de Quito e Ibagué; Centro Comercial Santa Fe, en Bogotá y Medellín; los Unicentros, de: Cali, Medellín, Villavicencio, Cúcuta, Tunja, Girardot, Funza, Pereira, Pasto, Armenia y El Porvenir. Y los Multicentros, crecen: en Palmira, Yopal y Valledupar.

También creó nuevos proyectos de vivienda, en: Serranía de los Nogales; Encenillos de Sindamanoy, Macadamia, en La Calera; y Camino de Arrayanes. Un proyecto en Sumapaz, apartamentos en El Refugio, llegando a construir más de cinco millones de metros cuadrados.

Pedro Gómez Barrero

Líder en construcción, educación y creación de empleo

Aparte de sus exitosas obras físicas que son modelo internacional, a Pedro Gómez Barrero, lo distingue su gran sensibilidad humana. El ha sido un perseverante modelo de empresario con sentido social en la lucha contra la pobreza y la miseria, y ha comprobado con hechos, que su modelo social es verdaderamente exitoso. Su convicción es que: “si se lo replica, en unos 30 años la pobreza habrá desaparecido de Colombia”.

Su prioridad hoy, es dedicarles menos tiempo a sus negocios y más a otras muy importantes para él, como: tiempo para sí mismo, para su familia, y también para actividades sociales que le producen inmensas satisfacciones, como la Fundación Compartir que creó a finales de los 70 para ayudar en vivienda, educación y preparación para la vida, como micro y pequeños empresarios a personas de muy bajos recursos.

Para él es una misión atender a las personas de menores recursos afectadas por los desastres naturales y prestarles asistencia humanitaria, de acuerdo con los lineamientos de la ONU; surtir reparación de la infraestructura averiada por los desastres naturales y construir nuevas edificaciones cuando han sido totalmente destruidas.

Así, su obra se ha extendido con resultados casi milagrosos en situaciones que fueron dramáticas como las de: Patio Bonito, en 1979 (Bogotá); maremoto en El Charco, Nariño, en 1979; tragedia en Corralejas, Sincelejo, en 1980; avalancha de los ríos Páez y Moras, Cauca y Huila, en 1994; Terremoto en Pereira, en 1995; inundación en el Barrio San Benito, Bogotá, en 1996; deslizamiento en San Cayetano, Cundinamarca, en 1999; terremoto en el Eje Cafetero, en 1999; Inundaciones en Cartagena, en 2004, Inundaciones, en el Valle de Ubaté, Cundinamarca, en 2006. Etc.

Pedro Gómez Barrero tiene credibilidad, ha generado confianza entre los centenares de propietarios de locales en los centros comerciales, y de los Multicentros que ha construido, y entre los miles de propietarios de las viviendas que ha levantado para los estratos bajos, medios y los más altos, donde saben que sus obras son una garantía para sus inversiones. Para dar un ejemplo de ello, (sabiendo que los cálculos están por debajo de lo real), la valorización de su primer gran centro comercial, Unicentro de Bogotá, que tuvo un valor inicial por metro cuadrado de $40.000, se ha valorizado en más de un 100.000 por ciento; sí, en esa proporción geométrica.

 A raíz de las graves inundaciones de Patio Bonito por el desbordamiento del río Tunjuelito, en Bogotá, Pedro Gómez Barreo reunió y convenció en 1979, a 30 empresarios de fundar Compartir, para promover vivienda social. Su iniciativa logró reunir una gran suma de dinero para generar vivienda social, pero él, luego, se quedó solo. Sin embargo, durante 36 años ha hecho el milagro de construir soluciones de vivienda para más de 250.000 personas de escasos recursos, y educar a otro tanto, edificando 50 planteles (entre colegios y guarderías), que han beneficiado a más de 200.000 niños y jóvenes.

También creó el Programa de Apoyo con crédito y capacitación para más de 150.000 microempresarios; e impulsó los Centros de Desarrollo Productivo; y las campañas de recuperación de parques y espacios públicos.

Su iniciativa generó un modelo contra la pobreza llevando ayuda a poblaciones en emergencia, para darle soluciones definitivas a los problemas de las familias más excluidas. La persistencia de sus tesis sociales, han sido ejemplo de responsabilidad social empresarial, que han calado en varias compañías privadas que lo han emulado, emprendiendo iniciativas de palpable contenido social.

El desastre de Armero causado por la avalancha que provocó el volcán Nevado del Ruiz, conmovió a Gómez Barrero, quien aceptó al gobierno irse como director de Resurgir, entidad creada para canalizar la actividad del Estado después de esa tragedia que causó 25.000 muertos. Entonces, él se le dedicó de lleno, en extenuantes jornadas durante casi un año, y dejó 300 proyectos de vivienda.

Don Pedro Gómez, reitera: “Compartir ha demostrado que su modelo de lucha contra la pobreza es realmente exitoso”. El Lidera y dirige personalmente a esta institución sin ánimo de lucro, que creó para ayudar a los desposeídos, consecuente con sus dictados de conciencia y responsabilidad social empresarial, que le recuerdan siempre: “Estamos obligados a ayudar a las personas de escasos recursos, muy especialmente en los asuntos de la de educación”. Y por eso el país lo conoce como un líder generoso y un ejemplo para los empresarios.

El, convencido de sus palabras, ha repetido insistentemente: “Si en Colombia creamos conciencia de que la solución a los problemas sociales es la educación de calidad, y se trabaja en ello, ahí está la verdadera revolución. Sólo a través de la educación podremos tener un país menos injusto más equitativo y más productivo para beneficio de los pobres y también de los ricos”.

Y reitera: “La gente necesita capacitación y educación básica y por eso dedicamos a eso la gran mayoría de los recursos económicos y humanos de Compartir. Tenemos que hacer mucho más; ese es un trabajo que involucra a más de 450.000 maestros en toda Colombia.  Quienes más tienen, deben ayudar a quienes no tienen o tienen menos. Debemos reconocer que las cosas han mejorado sustancialmente en los últimos años, pero tenemos que trabajar más en bien de muchos colombianos que aún permanecen en el abandono y la pobreza”.

Celebra que: “El desempleo hoy está en un dígito, pero aún así, tenemos el reto de generar más empleo porque así el problema social se reducirá mucho más. Hay que generar empleo, como sea”. Expresa optimismo, “convencido del buen espíritu del país y de su gente, en la que tengo mucha fe”.

Al reiterar esa preocupación por el desempleo, Pedro Gómez Barrero invoca a los empresarios, “para que, como si fuera una misión, sigamos trabajando en la generación de más puestos de trabajo”.

 

Pedro Gómez Barrero

“Mientras exista en Colombia pobreza, no habrá tranquilidad”.

Don Pedro es un liberal de centro, que fustiga la injusticia social porque la considera el peor flagelo de muchas familias colombianas. Y reitera: “Ante tal situación, invito a los empresarios y a todo el sector privado a continuar haciendo empresa, generando crecimiento económico y empleo. E invito también a la sociedad colombiana a abandonar la indiferencia que pareciera caracterizar su actitud ante estos temas; y a participar con decisión, en la lucha por la paz, la equidad, la justicia y la libertad”.

Agrega:”Si queremos orientar la estructura de nuestra sociedad hasta la equidad, además de aumentar el ritmo de crecimiento económico y de transferir recursos cada vez mayores al sector social, necesitamos participar más, mucho más, en la ingente tarea de ampliar la cobertura educativa, motivar a los maestros a desempeñar su labor con profesionalismo para mejorar la calidad de la docencia e inducir a los padres de familia y a las comunidades a participar en la tarea docente.

“Mientras exista en Colombia pobreza, no habrá tranquilidad”. Es ineludible que los empresarios y la sociedad propiciemos una patria fraterna, sin exclusiones, democrática, al servicio del bien común. Un ángulo vital del asunto es buscar que el país produzca más, y exporte más, pues esa es la clave para evitar que las empresas se vean obligadas a desvincular gente”.

 Una de las ideas en que ha persistido Don Pedro, inspirado en el recuerdo de su madre, que fue educadora, y seguramente en su honor, propende, por: “el estímulo y la contribución al mejoramiento de la valoración social de la profesión docente”.

Consecuente con esa convicción, creó el “Premio Compartir al Maestro”, que ha sido entregado en 15 oportunidades, y que ha tenido infinidad de participantes de todo el país. Con él ha rescatado miles de proyectos educativos, aparte de que la Fundación ha otorgado muchos millones de pesos a maestros ya instituciones educativas. Con este premio, rinde homenaje a los maestros sobresalientes del país y apoya de manera decidida la profesionalización de la docencia; actualmente extendió este galardón entregando simultáneamente el Premio Compartir al Rector.

Pedro Gómez, anota: “Luego de desarrollar programas y proyectos en construcción de vivienda y generación de empleo, en Compartir observamos que las personas no pueden entrar al mercado laboral por falta de educación básica de buena calidad, y de alguna capacitación técnica. En la Fundación decidimos invertir en educación; creamos la Gerencia de Educación que ha liderado y realizado diferentes proyectos y programas que buscan mejorarla en Colombia”.

 

Pedro Gómez Barrero

Inició su empresa con 350 mil pesos y 13 “casitas”

El constructor Pedro Gómez Barrero, inició su ascendente carrera con unos ahorros de casi $350.000, que destinó a construir 13 pequeñas casas de su urbanización, Santa Matilde, al sur de Bogotá. Esa fue la cuota inicial de su inmensa obra, a la que siguió el Barrio La Floresta, y de ahí, el éxito y la fama.

Para Pedro Gómez, su familia es lo más importante; como lo fue la con sus padres, cuando él era niño. Reunirse hoy, con su esposa Piedad, sus cuatro hijos, (a quienes admira profundamente), tres del primer matrimonio y una niña, María, (del segundo), y con sus nietos, es un ritual sagrado cada semana, “que no lo cambiaría por nada”. 

Don Pedro, vive orgulloso de su ancestro campesino, quizás por eso una de las cosas que más goza es montar a caballo y caminar por los potreros. “Mi madre, nació en Ubaté y murió cuando yo tenía ocho años. Mi niñez en Cucunubá transcurrió en compañía de mis siete hermanos. Mi padre tenía una finca, y una mina de carbón; no sé si usted sabe que en esa región han explotado ese mineral durante más de 500 años y que, Cucunubá, (nombre muisca), es el primer productor de carbón en Cundinamarca, con más del 25 por ciento del que genera departamento”.

Pedro Gómez Barrero ha sido una especie de ángel de los 8.500 cucunubenses, especialmente de quienes escarmenan, hila, y confeccionan prendas de lana, y que representan más de la tercera parte de los habitantes urbanos de Cucunubá, quienes tejen: ruanas, mantas, bufandas, cobijas y gorros. El es el responsable de la preservación del orgulloso oficio de esos tejedores artesanales. Don Pedro los organizó para que comercialicen sus productos sin intermediarios, en Bogotá, allá y en Bogotá. Y les dio espacios, y asesoría. Además, ha propiciado hasta desfiles de modas altamente profesionales de las prendas de lana, y ha impulsado el turismo de su pueblo, que queda a 97 kilómetros al norte de Bogotá.

El gran constructor recuerda: “A los 12 años nos marchamos de Cucunubá a Bogotá, donde me bautizó un tío sacerdote que oficiaba en la parroquia de la Capuchina. Estudié interno en el colegio salesiano león XIII. Allí me fue bien, tanto que me nombraron Prefecto de externos.

“De esa época lo que más recuerdo es que mi primer sueño fue poder llegar a ser Magistrado, y claro, lo que quería era estudiar derecho, pero para poderlo hacer, era necesario trabajar. Afortunadamente una amiga de la familia logró conseguirme un puesto con el ministro de Agricultura, Pedro Castro, quien le advirtió que la única posibilidad era la de contratarme como celador., no había más vacantes. Y como ese trabajo me permitía tener tiempo para estudiar en la noche: pues acepté con gusto. Así que, simultáneamente, cumplí parte de mi ilusión ya que entré a estudiar derecho en el Colegio Mayor del Rosario”.

Allí, Pedro Gómez Barrero adelantó su carrera exitosamente; y gracias a que sus notas fueron sobresalientes lo nombraron como secretario General de la universidad. Después, cuando cumplió 25 años, ocupó el primer cargo apropiado para su profesión: el de Juez del Circuito, en Facatativá. Posteriormente lo nombraron Juez Tercero Civil Municipal de Bogotá. En 1957, fue Personero delegado en lo Administrativo; uno de sus encargos vigilar lo relativo a las urbanizaciones piratas, y esta actividad que lo acercó campo de la construcción.

En la administración del alcalde de Bogotá, Fernando Mazuera Villegas, fue nombrado director del Departamento de Valorización. Y ejerció con tanta eficiencia el cargo que, Mazuera lo designó como su secretario Privado, “a él le observé y emulé su visión futurista”, dice Don Pedro Gómez, quien trabajó a su lado en el diseño de los famosos puentes de la calle 26, que se convirtieron en una de las obras más famosas adelantadas en Bogotá.

Pedro Gómez Barrero, recuerda: “Fernando Mazuera, me condujo a hacer cosas interesantes; entre ellas varias urbanizaciones, una de las más importantes: Bonanza”. Y Fue tan exitoso su trabajo para la Alcaldía de Bogotá, que Mazuera lo nombró gerente de su importante compañía urbanizadora. Luego, cuando tenía 30 años, fue gerente fundador de Currea Aya y Mazuera, primero; y después de Currea Aya y Uribe Holguín, exitosas empresas de construcción que fueron escalones ascendentes de la carrera de Pedro Gómez, como constructor.

 Entendiendo que su futuro era muy promisorio, a los 10 años de trabajar con estas compañías, renunció para crear su propia empresa: Pedro Gómez & Compañía. Era, hasta entonces, la decisión más trascendental de su vida. Quería ser su propio jefe y tener su propia compañía urbanizadora. La reacción de algunas personas fue considerar incomprensible que abandonara unos excelentes ingresos que incluían la participación del tres por ciento en las utilidades de la empresa.

El protagonista de esta historia dice: “Era el momento preciso de afrontar el reto de hacer mis propias cosas, de trabajar para mí. Un socio de la compañía insistió durante un buen tiempo que yo iba a cometer un grave error”.

Por otra parte, el banquero Jaime Michelsen Uribe, presidente del Grupo Financiero Grancolombiano, (el más importante, por entonces), le propuso hacer la compañía urbanizadora más grande del país, pero Pedro Gómez rechazó la oferta: quería afrontar el gran reto de impulsar a su propia constructora.

Y de ahí en adelante cientos de proyectos en toda Bogotá, en otras ciudades y en el exterior, consolidaron su importancia y su prestigio, como el constructor más importante y exitoso del país, cuya trayectoria ya repasamos.

Pedro Gómez Barrero ha sido también: miembro del Consejo Directivo de la Universidad de los Andes; director del Instituto SER de Investigación; presidente del Capítulo Colombiano del Club de Roma; Embajador en Venezuela, presidente por Colombia de la Comisión Presidencial Negociadora de Colombia y Venezuela, Presidente de Resurgir y director de la campaña presidencial de de Virgilio Barco.

 

Pedro Gómez Barrero

Construyó la paz con Venezuela

El presidente Virgilio Barco lo nombró Embajador en Venezuela, y luego, lo convirtió en abanderado de la recuperación de las relaciones entre ese país y Colombia; y entonces el constructor de grandes obras, se convirtió en constructor de la Paz, logrando desactivar las tensiones que casi llevan a la guerra a los dos países. Tesoneramente su labor fue fundamental en un conflicto que hizo historia.

Para tal efecto, el 3 de febrero de 1989, se selló el Acuerdo de Caracas que designaba dos Altos Comisionados por cada país, quienes: “en breve plazo harán un inventario de las principales cuestiones por examinar entre ambos países y propondrán a los dos Gobiernos una metodología adecuada a su tratamiento y solución”, temas cuya solución dependía de la voluntad política. 

Los puntos pendientes de la Comisión Negociadora con Venezuela eran: el diferendo sobre la delimitación de aguas marinas y submarinas; la demarcación de las fronteras terrestres, en algunos sitios; la navegación de los ríos comunes; las cuencas hidrográficas internacionales, y la Migración.

Don Pedro, recuerda: “El Gobierno Nacional me nombró presidente por Colombia de la Comisión Presidencial Negociadora, honrosísima posición y gran responsabilidad que he venido desempeñando por designación del presidente Barco que ha sido ratificada por sus sucesores, los Presidentes César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos.

Como Embajador, Pedro Gómez Barrero, se la jugó toda en Caracas, para evitar una guerra entre Colombia y Venezuela, que estuvo en serio riesgo de estallar. El tuvo que sortear la crisis binacional más grave hasta entonces, causada por el incidente de la corbeta ARC Caldas que puso en peligro las relaciones entre los dos países. El dice: “Debimos sortear esa gran crisis, y afrontar varios temas fundamentales tras los incidentes fronterizos que alteraron las relaciones binacionales. Era necesario reanudar el diálogo interrumpido por casi 10 años y lograr un entendimiento que superara las graves dificultades que separaban a nuestros dos países, para dar paso a su integración económica, social y cultural“.  

Para él: “Uno de los efectos prácticos, fue sentar las bases y dar impulso al crecimiento del comercio y el mejoramiento de los vínculos económicos y culturales entre Colombia y Venezuela”. Y para ello, se aproximó a los dirigentes del partido de gobierno, y a los presidentes de las cámaras legislativas de Venezuela. Tenía claro que los presidentes debían delegar en Altos Comisionados, y sabía la conveniencia de restablecer la Comisión Permanente de Conciliación. Con el entonces posible nuevo canciller, Enrique Tejera París, y otros asesores de Carlos Andrés Pérez, redactó un acuerdo sobre los asuntos fundamentales para un acuerdo.

Pedro Gómez, recuerda: “Isidro Morales Paul y Raúl Pizani, por Venezuela; y Carlos Holguín, y yo, por Colombia, redactamos el texto de, El Acuerdo de Caracas. Y con ocasión de la Transmisión del Mando Presidencial (Lusinchi – Pérez), ante la urgencia que demandaba la situación, el Acuerdo fue firmado por los presidentes Virgilio Barco y Carlos Andrés Pérez, pocas horas después de su posesión, (el 3 de febrero de 1989), a las 7 de la mañana de su primer día de gobierno”. Este se convirtió en el acto inicial con alcance internacional del residente Pérez, con presencia de su canciller Enrique Tejara París”.

“El Acuerdo buscaba promover acciones dinámicas en el ámbito bilateral. Se consolidó la Comisión Permanente de Conciliación, prevista en el Tratado de No Agresión, Conciliación, Arbitraje y Arreglo Judicial, suscrito 50 años atrás. Esto, distencionó las relaciones de dos países que estuvieron a punto de ir a la guerra”.

El, recuerda los días en que se desató la crisis binacional: “Los problemas eran mayúsculos y los incidentes en Perijá, Río Arauca y El Amparo, tuvieron a un punto de alto riesgo. La crisis llegó al extremo, luego de la incursión de la Corbeta ARC Caldas en el área colombiana del Golfo de Venezuela”.

Los medios de comunicación informaron, entonces sobre la actitud hostil del presidente Lusinchi, calificada como, “desproporcionada”, pero la afortunada mediación de nuestro Embajador y de algunos gobiernos cercanos la aplacó. La guerra que se evitó y el artífice real fue el gestor de paz, Pedro Gómez Barrero.

El anota hoy: “Luego, la Declaración de San Pedro Alejandrino, firmada por los presidentes Barco y Pérez, el 9 de marzo de 1990, trazó las bases de la nueva relación Colombo Venezolana. Se crearon las Comisiones Nacionales de Desarrollo, la Comisión Presidencial Negociadora con prioridades de solucionar los cinco asuntos álgidos de la relación binacional, con todo lo cual se sentaron las bases y se dio impulso al crecimiento del comercio y el mejoramiento de los vínculos económicos y culturales”.

Pedro Gómez Barrero el constructor y de paz y de grandes obras arquitectónicas, que revolucionó el concepto de espacios comerciales, con creaciones como los Unicentros y Multicentros, después de ganarse su segunda oportunidad, sigue proyectando credibilidad en Colombia e internacionalmente. Luego de construir el imponente Multicentro en Panamá, lo han invitado a liderar grandes proyectos en Ecuador, Costa Rica, Puerto Rico, República Dominicana y otros países.

Al respecto, dice: “Fuera de nuestras fronteras hay otras excelentes posibilidades, pero luego de lo logrado ya internacionalmente, prefiero trabajar en Colombia, donde todavía queda mucho por hacer”. Pedro Gómez & Compañía, tiene aquí actividad creadora y constructora para muchos, muchos años.

Te puede interesar:

2 comentarios en “La vida de Pedro Gómez Barrero, quien resurgió como el ave Fénix”

  1. German M Piñeros Piñeros

    Gracias Humberto por recordar a tan maravillosa persona y gran empresario de Colombia y que nunca se olvide.
    Gracias desde aquí Don Pedro, por haberme dejado ser parte durante muchos años de su empresa y de ser quién soy hoy; dios lo tenga en su gloria

  2. Jesus Antonio Contreras Soler

    Gracias a Humberto Calderón por compartir esta historia,ojalá muchos la conociéramos pues don Pedro Gómez líder del verdadero trabajo social.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *