La panadería como método de visibilización

En México existe una fundación en la que, por medio de la panadería, diferentes mujeres conversan y exponen sus casos de violencia y maltrato.

Foto tomada de pixabay

Por Daniela Durán | 13/04/2021.
Desde el 2016, Rosalía Trujano, psicóloga mexicana, decidió abrir un espacio para aquellas mujeres que sufrían de algún tipo de maltrato. Todo comenzó una tarde en una reunión con sus amigas, cuando se dio cuenta que durante la actividad de hacer pan existía un momento en el que podían hablar tranquilamente de lo que quisieran, sin temor a ser juzgadas, logrando hablar desde lo más profundo de su corazón.

A partir de esto, Trujano encontró ese espacio que muchas mujeres necesitan, y fue por eso que creó la fundación “Las Panas”; este lugar ofrece dos tipos de talleres, tratando de que sean accesibles para todas: uno que es gratuito y es para aquellas mujeres que tengan dificultades económicas pero que quieran hacer parte de las actividades y el otro que es pago, para quienes puedan hacer su aporte y así contribuir a la permanencia de la fundación.

En cada clase se reúne un grupo de aproximadamente quince mujeres que quieren hablar, compartir y aprender. “Las panas” se han planteado muchos objetivos para ayudar a las mujeres; el principal es escucharlas y encontrar todos aquellos casos de maltrato físico y psicológico, pero también quieren hacerles un acompañamiento constante e impulsarlas a crear sus propios emprendimientos.

“Me di cuenta de que podía convivir con mis compañeras de otra forma cuando hacíamos pan. Se daba una convivencia bien distinta, sobre todo en tiempos de descanso (…) Esos tiempos nos daban la oportunidad de convivir, de compartir saberes, de darnos consejos” afirmó Trujano para la agencia Efe. Pero mantenerse no ha sido fácil, pues, aunque quieran ayudar a muchas, pocas se quedan y con varias pierden el contacto porque no cuentan con un dispositivo móvil, o porque sus esposos se los prohíben.

Cada clase se vuelve un ritual, las mujeres se han convertido en hermanas y el salón se vuelve un templo del conocimiento, pues además de aprender a cómo hacer diferentes tipos de pan, entre ellas se dan consejos, de vida, de amor, de cocina y se desahogan en un espacio cómodo y seguro con el que antes no contaban.

“Las panas” esperan convertirse en una panadería local de México, en el que muchas mujeres lleguen a aprender, a capacitarse, pero sobre todo a hablar.  Quieren convertirse en un lugar en el que cada pan sea único como cada una de sus mujeres y que los comensales entiendan la historia que hay detrás de cada uno. “Este camino apenas empieza. Después de llegar a reflexiones entre nosotras y ver el cambio (…) no creo que ninguna de las mujeres que ha llevado este proceso vuelvan a ser las mismas”, cuenta Rosalía en una entrevista con el diario El Universal.

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