Por Jessica Giraldo Quintero | 25/08/2021.
Con el surgimiento del Covid-19, los gobiernos afirmaron que existía la esperanza de alcanzar la Inmunidad de Rebaño, que se presentarían las condiciones necesarias para que el virus dejara de extenderse debido a que la cantidad de personas que estarían vacunadas sería la suficiente.
En un inicio se pensaba que la pandemia mermaría para luego desaparecer cuando el 70% o 60% de la población estuviese vacunada o tuviera resistencia a través de una infección previa, pero las nuevas variantes están moviendo el umbral de la inmunidad colectiva por su fácil contagio.
En la actualidad, la variante Delta está provocando brotes cada vez mayores en países como EE.UU. y el Reino Unido, lugares que supuestamente tienen alguna medida de inmunidad natural, además de tasas de vacunación de más del 50%. También está afectando a naciones que habían logrado controlar el virus por completo como Australia y China.
Este mes, la Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas estimó que la variante Delta había elevado el umbral de inmunidad colectiva a más de un 80% y posiblemente cerca de 90%.
Autoridades de salud pública, como Anthony Fauci, han generado controversia anteriormente al cambiar las métricas, aumentando la cantidad de personas que necesitan protección antes de alcanzar la inmunidad colectiva.
Greg Poland, director del Grupo de Investigación de Vacunas de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, afirmó que no es posible que alcancemos la inmunidad de rebaño. Incluso, si se alcanzara una tasa de vacunación del 95%, no se lograría.
Tampoco está claro cuánto tiempo durará la inmunidad natural obtenida al sobrevivir al covid-19 y si será eficaz para combatir nuevas cepas. Las variantes futuras podrían evadir la inmunidad, incluso más fácilmente que la delta.
Sin inmunidad colectiva, el virus podría persistir durante décadas, lo que posiblemente obligaría a las naciones más poderosas del mundo a ajustar sus estrategias para abrir fronteras y economías.