(De Pantallazo.com.co)
Mauricio Salgado Castilla @salgadomg
El número 100 es mágico. Significa que se ha alcanzado un nivel muy avanzado; que han ocurrido una serie de pensamientos, acciones y sucesos para alcanzarlo. Para los romanos, era muy importante, ya que el Centurión era el comandante de 100 hombres. Para los análisis de resultados, es la base del porcentaje, pero para mí, significa una gran sonrisa llena de gratitud.
Un buen día, el periodista Guillermo Romero Salamanca, director de Pantallazosnoticias, comentó: «Tienes mucho qué decir, ¿por qué no escribes artículos?» y así llegué al 100.
La escena de prender una mecha y ver cómo una pequeña llama se va extendiendo por un cordel hasta que se convierte en una gran explosión es lo que he sentido al escribir semana tras semana: cien, 100, y como contaban los romanos, C artículos. Las palabras de Guillermo fueron esa pequeña llama; ahora vivo en una explosión de palabras, sentimientos, emociones, retos, investigaciones y observaciones de todo lo que me rodea, sucede o sueño en medio de las noches sin luna, donde los pensamientos parecen que tienen vida propia.
Escribir es una experiencia enriquecedora y emocionante que me ha permitido explorar el poder de las palabras y su impacto, sobre todo cuando se quiere llevar esperanzas e ideas a seguir cuando todas las noticias hablan de no futuro.
Sonrío cuando una persona me comenta que un artículo le ayudó a aclarar ideas, lo motivó a seguir en su emprendimiento, le ayudó a definir la visión de su empresa o mejoró sus relaciones interpersonales.
La creatividad ha sido esencial para captar la atención. El buscar la historia adecuada que ayude a acercarse a una situación, a una necesidad o conocimiento que valga la pena adquirir, para mejorar la satisfacción personal, las relaciones con los otros o la efectividad en el trabajo.
Siento que la tan nombrada «IA» (inteligencia artificial) está muy lejos de tener la creatividad que generan las experiencias de vida, las interacciones con otras personas en la familia, amigos y trabajo, los recuerdos, las lecturas, películas, música y los viajes, dando creaciones únicas.
Si se trata de escritos «lógicos» de repetir hechos, es probable que la «IA» realice su tarea bien, como es el caso de informar el valor de la cotización del dólar, el comportamiento de la bolsa o el clima esperado.
Sin duda, uno de los mayores retos ha sido el poder sintetizar información compleja en artículos concisos, que puedan presentar un propósito y poder explicar y llegar a una conclusión en 700 palabras. Son muchos los párrafos que con pesar he borrado porque ya me he excedido; algunos han sido muy buenos, en mi sentir, pero me ha tocado «dejarlos ir».
La combinación de la precisión con una narrativa cautivadora hizo que cada artículo fuera una experiencia única, siempre con el desafío de enfocarse en la relevancia de los hechos y evitar divagaciones innecesarias, buscando siempre mantener la claridad y coherencia, pero sin caer en la presentación escueta de las ideas, como lo hacen los computadores. ¿Cómo involucrar las emociones en medio de las ideas? Ahora se sabe que el impacto emocional es lo importante, no solo para buscar la atención sino para crear recuerdos, tanto para mí como para aquellos que lo lean.
La investigación se convirtió en una pieza fundamental de mi trabajo. No es suficiente con tener una buena idea, así sea para un cuento o algo de la propia autoría; es necesario indagar a fondo, contrastar fuentes y recopilar datos precisos. La rigurosidad en la búsqueda de información se volvió una tarea apasionante, ya que me permite profundizar en temas desconocidos y aprender algo nuevo en cada artículo que escribía.
La gestión del tiempo, entregar el día que «toca», exige una capacidad para trabajar bajo presión sin comprometer la calidad del contenido. Es definitivo organizarse, establecer prioridades y mantener la calma, incluso en situaciones de alta demanda de otros trabajos, aprovechar cualquier momento y lugar para avanzar, descubrir cuál es la forma particular de trabajar.
Cada vez que un artículo se publicaba en una plataforma de noticias, experimento una profunda gratitud, una sensación de logro y satisfacción indescriptible. Saber que mis palabras podían informar, inspirar o ayudar a alguien me impulsa a seguir adelante y mejorar en cada oportunidad.
La retroalimentación de los lectores es fundamental. Pueden ser unas pocas palabras, pero le indican que vale el esfuerzo.
En conclusión, escribir artículos ha sido una experiencia gratificante y desafiante a partes iguales. Cada artículo ha sido una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Me siento agradecido por poder contribuir a través de mi pasión por las palabras.
¿Te animas a escribir? msalgado@xmaseducación.com