Viena, 4 oct (EFE).- La catedral de San Esteban, en Viena, ha inaugurado este domingo su nuevo órgano gigante tras una inversión de tres años y tres millones de euros, con una jornada de conciertos y servicios religiosos celebrada bajo estrictas medidas de seguridad debido a la pandemia de covid-19.
Unas 750 personas, todas con mascarillas y guardando la distancia de seguridad, han asistido a la consagración del instrumento musical más grande de Austria, que ha renovado y ampliado el órgano instalado en 1960 y que por su insuficiente capacidad dejó de utilizarse hace 25 años.
El órgano original, consagrado en 1886, quedó destruido en el incendio que arrasó el templo al final de la II Guerra Mundial.
El nuevo instrumento tiene 12.612 tuberías y 185 registros, incluyendo los del órgano del coro, que ha quedado integrado en él.
El arzobispo cardenal de Viena, Christoph Schönborn, ha bendecido el órgano y a continuación ha oficiado una misa matutina que ha durado casi dos horas y donde el principal protagonista ha sido el órgano, al que acompañaba un coro.
Después de la misa, muchos asistentes se han acercado al mercadillo dispuesto en un edificio cercano a la catedral en el que se podían adquirir las piezas del viejo órgano que han quedado inservibles durante la restauración del instrumento.
Los tres millones de euros que ha costado la restauración del órgano han sido financiados por donaciones particulares y aportaciones del Estado.
Entre los participantes en los diferentes actos de inauguración han estado tanto el presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, como miembros del Gobierno central y del Ayuntamiento de Viena.
Posteriormente ha tenido lugar un concierto más sobrio, donde los organistas Konstantin Reymaier y Ernst Wally han tocado piezas clásicas, sin acompañamiento de voces.
El festival de música continuará hasta la noche, con la actuación de artistas internacionales como Nathan Laube y Oliver Latry.
El plan inicial era inaugurar el instrumento durante la Semana Santa, pero la situación sanitaria obligó a los responsables a retrasar la ceremonia hasta hoy. EFE
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