Por: Laila Libbos
Qué bueno que todos gocemos de esa actitud, tan necesaria que es la tolerancia, al respetar las opiniones, ideas o actitudes de las demás, aunque no coincidan con las propias, es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia los demás, por sus doctrinas, prácticas o credos, libremente de que sean diferentes de las de nosotros.
Generalmente estamos al ataque, prevenidos o defendiendo nuestro propio espacio, tal vez por la rutina, es un dolor de cabeza y en ese sentido, hasta la energía se debe revalidar.
Por lo tanto, desde ahora en adelante, me propongo a desplegar un gran poder para lograr lo que deseo, que es para lo que me sirve mi fuerza.
Tengo la fortuna de tener la forma de aproximarme al prójimo, sin abusar de quien se me cruce en mi andar.
Sé equilibrar mi tolerancia, porque mi ingenio es ilimitado y sé que hay que manejarlo de acuerdo a la circunstancia.
Analizo y procedo para de esa forma saber hacerlo con perfección el momento que se presente, expreso mi concepto con el fin de que no pase inadvertido mi apreciación.
He aprendido a manejar mi buena voluntad en cuanta ocasión se me presente.
No me dejo tentar de cometer un error.