El sabio pueblo

Por Pastor Inocente
(Seudónimo de Fernando José Calderón España)(ojo, seudónimo, no sinónimo).

Vaticino una copiosa votación en las elecciones que vienen con todas las posibilidades que tendrán los curtidos y sabios electores.

Recuerden que la voz del pueblo es la voz de Dios y que el pueblo nunca se equivoca.

Se equivocan quienes son elegidos por el pueblo, pues -claro- son humanos. Aunque no estoy de acuerdo con esa voz latina, porque es una blasfemia, (Dios no puede parecerse al pueblo y mucho menos hablar como él), la acepto por orden del pueblo sabiondo.

Recuerdo que la sabiduría popular es portadora de una memoria que se transmite de generación en generación y al convertirse en la voz de Dios es de obligatorio cumplimiento y los transgresores serán candidatos a la hoguera eterna. Así sea blasfemia, según mi teología.

Antes que nada, la obediencia, que es una característica del pueblo colombiano que ha permitido la construcción de una de las más fuertes democracias y sobre todo la más perfecta de América. Ni la que crearon Washington y su banda, con Jefferson a la cabeza, da la talla. Aquí todo es perfecto.

A propósito de Tomás, promovió el republicanismo, y en honor de “el republicano”, como le llamaban a Jefferson es que el actual partido de Trump se llama así.

T. Jefferson promovió el imperio de la libertad en USA. Hoy parece que el Partido Republicano quiere otra cosa.

Volviendo a las votaciones que se avecinan. Serán copiosas porque la gente saldrá a votar con rabia, por una u otra cosa. Hasta por la presencia del virus. Los asesores de campaña se devanan los sesos pensando en cómo sacarle la piedra a los electores. De eso depende el éxito de los candidatos. Ganará quien sepa sacarla la ira al sabio elector colombiano.

Por cierto, los contratos que hacen el escándalo en el entorno presidencial ayudan mucho a sacarle la rabia al sabio pueblo. Pero el sabio pueblo sabe que eso ha pasado desde Antonio Nariño, qué pasó a la historia por periodista y no por haberse robado la Tesorería de los Diezmos. Creo que allí nació el famoso 10%.

Me estaba desviando, como se desvían muchos recursos. “Desviar y recursos” son eufemismo para no decir robar dineros públicos.

Digo que será abundante la llegada de los colombianos a las urnas, pues se ha anunciado que los mismos necesitan un cambio de 360 grados. Acabo de caer en la cuenta porqué el país sigue igual: es que cada cuatro años se da un giro de 360 grados y eso es muy sabio de parte del pueblo. Todo giro es riesgoso.

Será abultada la votación, además, porque hay mucho dinero circulando para pagar “la conciencia propagandística” del pueblo, es decir, su receptividad con la que acepta emociones y pasiones y define su voto. La verdad, el dinero no es para más.

¿Por qué hay mucho dinero? Porque hay hasta casas comerciales poderosas detrás de conquistar esa conciencia comunicacional. Y casas de cambio, de familia, de lenocinio y de conversos revolucionarios que podrían desenterrar las huecas de la suerte producida por la muerte.

En fin, esperaré, sin ansiedad, porque con anticipación se sabe lo que va a hacer el sabio pueblo.

Saldrá a votar y a hacer que Dios hable.

Eso es lo que se llama legitimidad, una manera de obedecer a Dios.

Colombia seguirá perfecta. Y el pueblo será más sabio.

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