Isabel Saco, Ginebra, 19 nov (EFE).- Todo estaba listo para que “Filmar”, el festival suizo dedicado en exclusividad al cine latinoamericano, empezará este viernes en una versión combinada de presencial con virtual, pero la segunda ola de la covid-19 le obligó a una veloz adaptación para que las películas puedan difundirse y no caigan en el olvido.
Veinte largometrajes y cuatro series de cortos serán transmitidos por una plataforma virtual, que inicialmente pensaba combinarse con proyecciones en salas de cine, con menor público y respetando las medidas de prevención por la pandemia de coronavirus.
Esto no será posible porque apenas dos semanas antes el Gobierno suizo decretó un semiconfinamiento general frente al grave aumento de casos de covid en Suiza, en particular en la región francófona donde se concentra el festival.
En circunstancias parecidas y ante la complicación que suponía, numerosos festivales de cine han sido cancelados en lo que va del año, pero Filmar volcó sus esfuerzos en hacer posible que los cineastas y el cine independiente latinoamericano transmitan su voz y que las películas compitan por el favor del público.
“Nuestra prioridad sigue siendo la distribución del cine latinoamericano en las pantallas de Ginebra. Por lo tanto hemos optado por mantener nuestra 22 edición en línea”, explica la directora del festival, la suizo-chilena Vania Aillón.
De lo que el festival sí ha tenido que prescindir es de los eventos públicos en los que cineastas llegados de todos los países latinoamericanos debatían y compartían sus historias, y que solían estar siempre a tope.
Solo dos de esos debates -que suelen escapar de lo puramente cinematográfico para convertirse en discusiones sobre la realidad social de una Latinoamérica siempre al borde de la ebullición- han podido organizarse virtualmente porque “la falta de recursos técnicos y humanos” no permitía más, reconoció Aillón.
El público, en cambio, sí podrá decir su palabra sobre la calidad de las películas votando desde la comodidad (o no) de sus sofás por alguna de las seis preseleccionadas para el premio “Focus Sud”, de las cuales cinco son de ficción y la sexta un documental.
Compiten “La Fortaleza”, de Venezuela; “No coraçao do mundo” de Brasil; “Lina de Lima”, de Chile; “Los Sonámbulos”, de Argentina, y las mexicanas “Los Lobos” y “Vivos”, todas ellas producciones de 2019.
Un segundo premio llamado “Opera Prima” y que apunta a obras firmadas por nuevos talentos será atribuido, pero esta vez solo jóvenes harán de jurado, concretamente los que cursan el nivel de estudios que en Suiza separa la secundaria de la universidad, y que tienen como opción lingüística el español.
En esta categoría concursan “Agosto” (Cuba), “Ceniza Negra” (Costa Rica), “Todos somos marineros” (Perú), “El alma quiere volar” (Colombia), “Los Fantasmas” (Guatemala) y “Chaco” (Bolivia), estás tres últimas producidas este mismo año.
La cultura es uno de los sectores más damnificados con la pandemia y su situación económica en América Latina -foco mundial de la covid por largos meses- es extremadamente frágil.
El flujo de películas todavía no se resiente por el coronavirus, confirma la directora del festival, pero anticipa que sin duda los cineastas independientes, los pequeños, “van a sufrir”.
Los actores del mundo de la cultura tendrán que prestar atención a esa situación porque tanto la supervivencia del cine independiente en América Latina, así como la diversidad que representa, pueden verse amenazados.
Por el momento, los cineastas independientes latinoamericanos “tratan de resistir a través de plataformas, con mucho zoom, promoviendo ellos mismos sus películas y ofreciendo talleres de escenografía o de cinematografía para sobrevivir”, explica Aillón.
Para acceder al festival, el público podrá comprar el acceso para una o para cinco películas en su web www.filmar.ch. EFE
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